Las próximas semanas de septiembre marcarán un antes y un después en el 2025 de River, e indudablemente tenemos por delante en la serie contra Palmeiras los dos partidos más importantes del año, que ojalá cuando termine el encuentro de vuelta en San Pablo dejen de serlos para entregarle ese legado a los encuentros de las semifinales de América luego de haber conseguido la clasificación.

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Está claro desde enero que la Libertadores es el gran objetivo de la temporada y el termómetro del hincha se mueve en base a lo que ocurra en la Copa, por eso por más que el sábado haya que jugar en La Plata contra Estudiantes, todas las miradas, sentimientos e ilusiones están posadas en el próximo miércoles en el Monumental. Y allí tiene que estar presente el equipo de gala, desde los nombres pero también desde los merecimientos.
¿Quiénes son los que se ganaron el lugar para estar en la máxima cita y cómo debería formar el equipo si nos basamos en rendimientos? En este punto creo que es importante hacer una categorización para separar a los futbolistas. Porque hay jugadores que son indiscutidos para todo el mundo River, otros que en cancha se han ganado la chance de estar, y los que la pelean más de atrás.
Si vamos de atrás para adelante, lo de Franco Armani en el arco no resiste discusión por cuestiones obvias. Si llegamos a la defensa, concluimos en que Marcos Acuña es el otro de los más sólidos y confiables a lo largo del año y también será una fija. Mientras que Gonzalo Montiel, pese a cierta irregularidad en sus rendimientos, es un número puesto por todo lo que significa su personalidad, presencia y experiencia en los grandes partidos.
Los últimos dos indiscutidos siento que están en la delantera. Por un lado Maximiliano Salas, porque quedó demostrado una y otra vez en este corto período de tiempo desde que llegó al club que River tiene un contagio totalmente distinto con él en cancha. Y el otro es Sebastián Driussi por su oportunismo goleador y su muy buena regularidad desde mediados del semestre pasado, más allá de su grave lesión en el medio.
¿Quiénes deberían ser las otras seis piezas restantes del equipo?
Con esas cinco plazas encaminadas sin discusión en la opinión popular, empiezan a abrirse los interrogantes respecto a los nombres restantes. Y acá es donde es importante rescatar que hay futbolistas que sin ser indiscutidos se ganaron la chance de jugar contra Palmeiras. El nombre más significativo en este aspecto es el de Lautaro Rivero, de enormes actuaciones recientemente aportando muchísima solidez en un sector de la defensa donde a lo largo del año tuvimos más dudas que certezas.
Y entiendo que no solo por ascendencia sino por el hecho de saber que sus mejores partidos del año han sido justamente los más pesados o trascendentes, Enzo Pérez tiene que estar en cancha desde el comienzo. Quizás no para jugar los 90 minutos, pero no puede faltar en una serie donde River también la tiene que pelear desde la personalidad y el contagio. Y me parece justo que Juan Carlos Portillo también pueda ser titular por su buena actualidad, donde se lo ha visto en levantada después de un debut contra Godoy Cruz en el que se lo había notado falto de ritmo, y sabiendo que puede jugar tanto en la zaga como en la mitad de la cancha.
Esos son los ocho nombres que por mayores o menores merecimientos deberían tener su lugar, y para los otros tres casilleros es donde aparece el gran abanico y donde se tendrá que elegir según la estrategia y la táctica a llevar adelante en la serie. Si Portillo va al medio, será Paulo Díaz o Martínez Quarta (para mí en ese orden) de donde saldrá otro titular. Y el tercer volante debería salir de Castaño, Nacho Fernández o Matias Galarza, para mí en ese orden por rendimientos, sabiendo que Giuliano Galoppo está suspendido y se perderá la ida.
El último gran interrogante pasa por la tercera opción de ataque, donde Juan Fernando Quintero, Santiago Lencina y Facundo Colidio pareciera que pelearán mano a mano por ese lugar. Si es para priorizar la pausa, el pase entre líneas y la pelota parada deberá ser el colombiano. Si es para darle más trascendencia a la gambeta y la llegada vacía al área los números se los lleva Lencina. Y si se busca alguien con mejor terminación de jugadas y que aporte además sacrificio defensivo será Colidio. Allí considero que la lucha termina siendo muy pareja porque los tres hasta el momento han tenido altibajos y aportan diferentes cuestiones al equipo.
Solamente faltan ocho días para el partido en el Monumental, y el mayor deseo más allá de quienes jueguen es que todos lleguen en perfectas condiciones físicas para competir a pleno en una serie que en caso de pasarla nos puede catapultar la confianza por las nubes para creer que de verdad podamos volver a buscar nuestra revancha en Lima seis años después. Pero pasito a pasito. Y que jueguen los que hayan hecho los mayores méritos para aumentar las posibilidades de pegar ese gran golpe sobre la mesa.





