Pese a que River tuvo claramente temporadas peores que la actual en cuanto a resultados finales y consecuencias a futuro, sin lugar a dudas el 2025 quedará marcado a fuego como uno de los años más oscuros de la historia del club, por el simple hecho de todo lo que se esperaba de Marcelo Gallardo y de buena parte de este plantel, y por la manera bochornosa en la que el equipo perdió cada uno de los objetivos que tenía por delante.

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Dentro de este contexto paupérrimo y lamentable por donde se lo mire, hay un puñadito de individualidades que alcanzaron a salvarse de la condena social del hincha porque cuanto menos han estado a la altura dentro de la cancha en la mayoría de las presentaciones, y no han llegado a contagiarse del todo de la apatía tremenda del resto. Allí podemos incluir a Marcos Acuña, Lautaro Rivero, Franco Armani, Juan Fernando Quintero y allí se podría agregar el primer trimestre de Maximiliano Salas antes de caer en picada sobre el cierre del año.
En el otro extremo de la cuerda se encuentran los que dentro de la cancha dejaron bien en claro que bajo ningún punto de vista debieran seguir teniendo oportunidades en el 2026 con la camiseta de River, ya sea por una cuestión generacional o por la desidia futbolística y actitudinal mostrada a lo largo de todo el año.
En ese sentido Gallardo ya le puso el moño de salida a los primeros dos luego del Superclásico en la Bombonera y antes que termine el año. Estamos hablando de Paulo Díaz y Miguel Borja, una dupla que ya tiene puesto el traje definitivo de ciclo cumplido al igual que ya había ocurrido unos meses atrás con Federico Gattoni.
¿Quiénes debieran acompañarlos si se tiene en cuenta lo futbolístico mostrado en toda la temporada? Ignacio Fernández por pura irregularidad, Gonzalo Martínez porque lamentablemente no está en condiciones físicas, Milton Casco por longevidad, Fabricio Bustos, Maximiliano Meza y Sebastián Boselli por no aprovechar nunca oportunidades, y Matías Galarza Fonda porque en un solo semestre ya demostró que no está a la altura de la camiseta.
¿Quiénes quedaron en la cuerda floja o merecen una última oportunidad?
Si Portillo es considerado como marcador central está muy bien que merezca más chances, porque allí jugó sus mejores partidos en el club. De volante central no va. Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta y Giuliano Galoppo tuvieron muchísimos altibajos a lo largo del año, pero por potencial está claro que pueden levantar. De los héroes de Madrid, el que de a ratos sacó la cabeza por el equipo fue Enzo Pérez, pero allí el DNI ya le juega muy en contra a estas alturas, y en caso que le renueven no puede estar nunca más pensado como titular y sí para jugar la última media hora.
Mientras que las grandes incógnitas pasan por dos casos muy particulares: Kevin Castaño, Facundo Colidio y Sebastián Driussi. Todos ellos quedaron en una cuerda muy floja porque han tenido pocos partidos correctos a lo largo del año y a la vez cuentan con virtudes naturales para ser muy buenos futbolistas, sin embargo han desaprobado con creces en los encuentros más importantes que les tocó jugar y eso pesa.
Los pibes, un caso aparte porque son las grandes apuestas
Lo más saludable pensando a futuro es mantener a los juveniles fuera de cualquier foco de evaluación profundo, porque ellos han tratado de sacar la cara por el equipo cada vez que les tocó jugar y además casi siempre entraron en un contexto muy esquivo para que puedan desarrollar su potencial pleno.
Sumado a eso, Gallardo les fue quitando confianza al no darles oportunidades de manera contínua y lo terminaron sufriendo. El caso más notorio fue el de Santiago Lencina, quien había tenido un muy buen comienzo de segundo semestre y a medida que fueron pasando los partidos ha llegado hasta a quedar afuera del banco de suplentes sin ningún tipo de explicación.
Además de Lencina, casos como los de Juan Cruz Meza, Cristian Jaime, Thiago Acosta, Bautista Dadín, Ulises Giménez, Agustín Obregón, Facundo González, Agustín De La Cuesta y Joaquín Freitas deben ser caras visibles permanentemente dentro del plantel profesional y de la rotación a futuro. Y Agustín Ruberto e Ian Subiabre por presente y potencial ya deben pelear su lugar seriamente entre los titulares el próximo año.





