El defensor paraguayo Juan Escobar fue ofrecido a River luego de una fuerte discusión con su entrenador. Figura y referente en el Cruz Azul, hay versiones que indican que el jugador discutió con su DT porque decidió sentarlo en el banco, mientras que otros rumores apuntan a que el futbolista de 28 ya no quería seguir jugando como lateral derecho. Como sea, sus días en la Máquina Cementera parecen estar contados.
Más allá de la jerarquía y de la calidad indiscutida de Juan Escobar, en River decidieron desestimar el ofrecimiento. Hace unos días atrás, Leonardo Ponzio advirtió que el Millonario no estaba en la búsqueda de ningún defensor o lateral derecho. En el mismo sentido se pronunció Enzo Francescoli. Y este es uno de los argumentos por los que el Más Grande no avanzó con las gestiones.
Sin embargo, lo deportivo no sería el principal motivo. En los pasillos del Monumental saben que ante una oporunidad de mercado, River no le cerrará las puertas a nadie. Siempre y cuando los números se ajusten al presupuesto del club y que esté dentro de las posibilidades económicas. Cosa que no sucedería con el caso de Juan Escobar.
El contrato que pretende Escobar
Según pudo averiguar La Página Millonaria, la salida del defensor paraguayo del Cruz Azul resulta imposible por el contrato que percibe el jugador en México. Es uno de los mejores pagos de la Liga MX y sus números superan al salario más alto del plantel profesional de River. “Para salir de México, tendría que percibir entre 1.5 y 1.8 millones de dólares al año, libre de impuestos“, le confiaron desde el entorno del futbolista a este sitio.
Cómo sigue el mercado de pases para River
Con este panorama, resulta absolutamente inalcazable la chance de incorporar a Juan Escobar. Mientras tanto, en River confían que con Sebastián Boselli, Santiago Simón y Andrés Herrera el puesto está cubierto y apuntan todos los cañones a un nueve de jerarquía y experiencia. Caídos los nombres de Lucas Alario y Rafael Borré, uno de los apuntados es José Manuel López, delantero de Palmeiras. Una gestión que a priori resulta difícil por el dineral que pide el Verdao y porque no desea vender al futbolista a un rival directo en el Copa Libertadores.