River venció con mucha valentía a Fluminense. Lejos de achicarse en una de las paradas más bravas del semestre, se nutrió del impresionante clima que bajó de las tribunas y de a ratos borró de la cancha a su rival. 2-0 para seguir con vida y depender 100% de sí mismo para clasificarse a los octavos de final de la Copa Libertadores. Hubo varios que jugaron un partidazo. No así Felipe Melo, que jugó un partido aparte con los hinchas.
Reconocido simpatizante de Boca, el experimentado defensor de 39 años vino al Monumental a cancherear y a tribunear. Se olvidó de jugar al fútbol. Le festejó un lateral ganado a De la Cruz con una euforia nunca antes vista a los 10 minutos de juego, se quejó del árbitro en conferencia de prensa y cuando terminó el partido se fue haciéndole la gallinita a los hinchas de la tribuna San Martín. Completito lo del hombre.
Miguel Borja no pudo hacer demasiado durante su estadía en cancha (entró en el segundo tiempo por Beltrán), pero aún cuando tiene pocos minutos, se las rebusca para dejar una de las suyas. En el penal que Barco convirtió a los 95 minutos y que sentenció el triunfo, el Colibrí se le paró en frente a Felipe Melo y le festejó el gol en la cara antes de ir a celebrar con sus compañeros.
Lo llamativo es que Borja y Felipe Melo fueron compañeros en Palmeiras hace algunos años. Puede que la relación no haya quedado del todo bien o que directamente al colombiano no le hayan gustado nada todos los gestos y ademanes que le hizo el brasileño a la gente durante el encuentro.