La crisis social que atraviesa Chile puso en jaque la realización de la final de la Copa Libertadores en territorio trasandino. Mientras los hinchas de River se encuentran a la expectativa para conseguir entradas con el propósito de presencial el partido decisivo contra Flamengo, existe una incertidumbre inevitable a la hora de reservar pasajes y hoteles.

El sábado 23 de noviembre, a las 17.30 horas de Argentina (mismo horario que en el país vecino), se pondrá en juego el título de América. ¿Será en el estadio Nacional de Santiago de Chile como está previsto? “Es la sede para la final de la Libertadores, eso está definido. Se van a recuperar de lo que están viviendo”, ratificó Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, en diálogo con Fútbol a lo Grande, por AM 1080 de Paraguay.

Lo cierto es que Chile intenta salir adelante en medio de una situación que implica Toque de Queda para evitar grandes aglomeraciones al mismo tiempo que siente la ausencia del metro de Santiago -denominado subte en Buenos Aires-, una vía fundamental para el transporte público. La cuenta regresiva indica que faltan exactamente 30 días para albergar la final de la Libertadores.

River jugará su séptima final de Libertadores y Flamengo, su segunda

Además, el titular del máximo ente del fútbol continental anticipó que estima un millón de dólares como parte de la recaudación para River y Flamengo por el 25% neto que le corresponde a cada uno. Como si fuera poco, el campeón de la Libertadores embolsará US$ 12.000.000 por ganar ese compromiso de carácter histórico.