River ganó, gustó y goleó para darle un gran comienzo de fin de semana a sus hinchas. El 6-0 ante Aldosivi compensó la enorme falta de contundencia que tuvo el equipo en Mar del Plata. Esta vez no perdonó y aplastó a un rival que siempre se había caracterizado por ser muy competitivo.
¿Cómo se explica esta goleada? Además de la gran cuota de eficacia en materia de resolución, River encontró fácilmente los caminos tanto por virtudes propias como falencias de un Tiburón desbordado en la parte defensiva.
Desde que Rafael Borré abrió la cuenta a los 26 minutos del primer tiempo la diferencia futbolística se vio reflejada en el marcador. Nicolás De La Cruz, autor de tres goles, tuvo una noche soñada y fue imparable para el fondo de Aldosivi, mientras que Lucas Pratto y el ingresado Cristian Ferreira hicieron su aporte en el 6-0.
Fiel a su estilo, Marcelo Gallardo no sólo apostó a la presión sobre un adversario de menor jerarquía que pregona el buen trato de la pelota, sino que además buscó desconcertarlo. Le quitó referencias a partir de la movilidad constante de Ignacio Fernández, Enzo Pérez y De La Cruz para rotar en la zona de gestación, acompañados por las acciones de Borré y Pratto.
La combinación entre precisión y velocidad, sumada a la inteligencia natural de este River en las series, fue cóctel letal para Aldosivi. El Millonario utilizó su oficio en el mano a mano y se clasificó a los cuartos de final de la Copa Superliga. Ahora espera por el vencedor entre Atlético Tucumán y Talleres, que ganó 3-2 como local.