Ganó muy bien River. Con un esquema y una formación más acorde a lo que pedia el momento. Jugó el partido en “Modo Copa”, fue claramente superior a su rival y aún sin brillar tuvo buenos momentos futbolísticos en distintos tramos de los 90 minutos. Martín Demichelis cambió lo que venía haciendo últimamente y puso en cancha un equipo más equilibrado, ordenado y parejo en todas sus líneas. Un acierto del DT.
Hizo la lectura correcta, modificó un sistema que le gusta mucho pero que no rendía para poner un equipo mas lógico donde los jugadores parecen sentirse mas cómodos. Por eso hablo de un mérito de Demichelis. No se ató a su idea madre. No se dejó llevar por una actitud egoísta de insistir en algo en lo que confía pero que no funcionaba. Pasando en limpio: no se convirtió en uno de esos técnicos caprichosos que prefieren morir con la suya sin importarle demasiado probar con otra manera.
Demichelis cambió y dio en la tecla
Demichelis se mostró abierto a un cambio necesario y que se pedía tanto en las tribunas, las oficinas, los bares, programas de radio y TV como también en este espacio de opinión y en cualquier lugar que se hable de fútbol. Y hasta posiblemente también en la intimidad de un grupo de jugadores que necesitan sentirse mas cómodos dentro del campo de juego.
Y esa comodidad se traduce en poder jugar en posiciones mas naturales, que potencien sus características y no en lugares que les quite la confianza. Tampoco estamos hablando que hubo un gran cambio. No. Apenas fueron retoques. El equipo al igual que en otros partidos fue protagonista, tuvo actitud ofensiva y salio a ganar desde el inicio como lo hace siempre. Eso no cambió en absoluto.
Los cambios de nombres que dieron resultado
Las modificaciones fueron menores pero necesarias: Utilizar a Solari de delantero y no de extremo. A Villagra y Aliendro como equilibrio y contención. Poner a Echeverri bien de enganche y más acompañado. Ubicar a Nacho Fernández unos metros más adelante donde su juego tiene más influencia y no se desgasta tanto físicamente. Todo eso se vió en gran parte del primer tiempo. Hasta el gol, River fue el dueño del partido. Habia conexiones, se jugaba en campo rival, le imponía ritmo y condiciones a Nacional. Jugaba como todos queremos que River juegue. Más en este tipo de competencia. Con fútbol pero también con ímpetu.
Y eso fue lo que tuvo el equipo en la noche copera del Monumental. Sin embargo el golazo de Echeverri en vez de agigantar aun mas lo bueno, lo que hizo fue calmar y frenar al equipo. No se apagó como en otras jornadas pero si empezó a compartir pelota y dominio. Eso se extendió al segundo tiempo. Durante varios minutos de esa etapa River perdió el mediocampo y le permitió a Nacional acercarse a Armani.
Resultado corto e incómodo en algunos tramos del partido
El 1 a 0 empezaba a quedar corto y el equipo necesitaba renovar energías. Y ahí también fue acertada e importante la mano de Demichelis. Hizo los cambios que pedía el partido y en el momento que correspondía. Entraron bien todos. Barco, Colidio, Simón, Lanzini y Kranevitter aportaron lo suyo. Y con estos ingresos recuperó frescura, dominio y otra vez esa sensación de que podía convertir. Y el gol llegó. Y el resultado se acercó más a lo que se merecía en base al trámite y las llegadas. Fue 2 a 0 para continuar a paso firme en esta Libertadores 2024. 2 triunfos consecutivos. 4 goles a favor. 0 en contra. 6 puntos sobre 6 posibles. Los números cierran y el rendimiento con Nacional convenció.
¿River candidato en la Copa?
Pará hablar de candidaturas todavía es temprano. Paciencia. Aunque sí hay motivos para entusiasmarse viendo que al arco lo defiende Armani; a Paulo Díaz jugar en ese nivel; a Villagra corriendo y metiendo; a Aliendro siendo un todo terreno; a Nacho aportando su juego y experiencia en esta clase de partidos; a Echeverri creciendo y haciendo goles; a Solari y Colidio en posiciones cercanas al gol y hasta sumo a Lanzini, quien mostró en los minutos que jugó que puede ser un recambio más que interesante pensando en lo que viene.
Conclusion: River tiene material para pelear con seriedad. La clave será darle continuidad a todo esto. A lo colectivo y a lo individual. Que los jugadores demuestren estar a la altura de la exigencia internacional. Que el equipo adopte una estructura, una forma y que a eso le vaya agregando vuelo futbolistico. Por eso pienso y creo que el método de River debe ser este.
Y confío en la buena visión del entrenador para de ahora en mas tocar lo mínimo necesario. Lo que el crea conveniente por supuesto, pero sin entrar en esa inestabilidad futbolistica de modificar permanentemente los sistemas y realizar 5 o 6 cambios de un partido a otro. Es hora de darle rodaje a una formación para encontrar rendimiento y funcionamiento. Pará volver a ser ese equipo confiable que él supo construir en el 2023. Ese equipo con el que el hincha se identificaba por su forma de jugar, por la continuidad de apellidos dentro de la cancha y por la mano del entrenador fuera de ella. Es la mejor manera. Es el camino correcto. Es por acá Demichelis.