La carrera de Nicolás Sánchez tuvo momentos buenos y malos, pero con una trayectoria interesante. Esque jugó en River, Racing y actualmente está en un equipo importante de México como el Monterrey.

Surgido de Nueva Chicago en la temporada 2003/04, el defensor de 34 años llegó a River a mediados de 2007, bajo la dirección técnica de Daniel Passarella. Sin embargo, la misma persona que lo trajo fue la que decidió que no continuara en Núñez.

Sánchez jugó 70 partidos oficiales en River: no hizo goles, pero ganó un título.

“Cuando le dije a Ángel Cappa (NdeR: el DT) cómo era mi situación, él me dijo que me quería en River, pero el que no me quería era Passarella… Intimé al club para irme adonde yo quería porque el presidente quería decidir por mí”, reveló Sánchez, en diálogo con TNT Sports.

Sin posibilidades con River, Sánchez se marchó a Godoy Cruz en 2010. Pese a la salida impensada, el marcador central aseguró que ya pasó su malestar con Passarella por aquel episodio: “No tengo ningún rencor con él, fue el técnico que me llevó a jugar al club”.

La estadía de Sánchez en River fue irregular: tuvo un inicio positivo hasta que una fractura lo mantuvo varios meses inactivo: “Al principio me fue muy bien y después de la lesión todo me costó un poco. Cuando pude estar bien nuevamente, el club ya era una debacle. Eso me lo habían avisado antes, me dijeron que el club era un quilombo, pero fui sabiendo eso”.

Además, Sánchez dejó en claro que cumplió un sueño: “Yo fui hincha de River toda la vida y me di el gusto de vestir esa camiseta. Quizás fue a una edad muy temprana y muy inmaduro, hoy pienso que me hubiese gustado llegar más formado al club. Pero en aquel momento decidí con el corazón y, además, pude ser campeón”.

Lejos de sepultar el fanatismo por ser jugador profesional, el zaguero del Monterrey celebró con efusión el histórico 3-1 contra Boca en la final de la Copa Libertadores: “La final de Madrid la vimos con mis hijos acá, en México, intenté vender una imagen tranquila pero grité los goles con el alma. Me hubiese encantado jugarla, pero con lo que viví me alcanza”.