Gonzalo Ariel Montiel nació y se crió en González Catan, en La Matanza. Tanto él como su familia se sacrificaron durante años para poder ir a entrenar a River hasta que el defensor pasó a vivir en la pensión ya que perdía muchas horas del día viajando. Todo su sacrificio tuvo su merecida recompensa: primero logró debutar en la Primera de River, luego se afianzó como lateral por derecha y consiguió títulos inolvidables –siendo una pieza clave- después comenzó a ser convocado a la Selección Argentina y en 2021 ganó la Copa América. A mediados de 2021 dio el salto a Europa para jugar en el Sevilla.
Pero lo más importante de su carrera estaría por llegar. Lionel Scaloni lo convocó para el Mundial de Qatar y si bien nunca logró afianzarse como titular, sumó minutos en partidos importantes y de hecho jugó todo el tiempo extra ante Francia en la final. Cachete fue el encargado de ejecutar el penal decisivo, el que hizo explotar la garganta de 47 millones de argentinos y con una templanza propia de un extraordinario ejecutante de penales, lo convirtió y le dio el tercer Mundial a la Selección Argentina.
Tras la conquista en Qatar, la Selección Argentina celebró a lo grande: primero en el Lusail Stadium con los miles de argentinos que coparon las tribunas, luego en la intimidad del vestuario, también en la llegada al país el martes a la madrugada y lo más fuerte se vio el mismo martes durante toda la tarde: se estima que unas 5 millones de personas salieron a las calles a saludar a los campeones del mundo.
El mural de Cachete
Los campeones del mundo regresaron a sus casas, muchos de ellos viven en pueblos o ciudades chicas del interior del país como es el caso de Julián Álvarez por ejemplo que fue recibido como un héroe en Calchín. Gonzalo Montiel regresó a González Catán y lo esperaba un mural hermoso y con mucho sentimiento, en el mismo está Cachete con la Copa del Mundo, la medalla y al costado está escrito: “Esperanza. Barrio de un campeón del mundo”, con los colores de la bandera Argentina.