River vuelve a irse con las manos (casi) vacías después de un partido por la Liga Profesional. Tras las derrotas con Huracán y Godoy Cruz, el Millonario necesitaba levantar cabeza en el ámbito local pero tampoco pudo hacerlo esta noche frente a Vélez: estuvo dos veces arriba en el marcador pero su fragilidad defensiva lo terminó condenando y el resultado final fue un empate 2-2 con sabor a nada, porque sigue estando lejos de la punta en la tabla de posiciones y porque está fuera de zona de clasificación a Libertadores 2023.
Seguramente se pueda explicar este partido desde diferentes aspectos, pero sin dudas que el factor fundamental (lamentablemente) fueron los cambios que hizo Marcelo Gallardo en el segundo tiempo, buscando ganar el partido de contraataque. Lo que deberían haber sido soluciones terminaron siendo problemas, ya que ninguno de los jugadores que saltó a la cancha en el complemento tuvo un buen desempeño: Juanfer Quintero (por De la Cruz), José Paradela (por Barco), Tomás Pochettino (por Palavecino acalambrado)y Braian Romero (por Beltrán).
En un encuentro que se hacía de ida y vuelta y con un mediocampo “de pasada”, Quintero apenas pudo gravitar. No logró agarrar la pelota, sufrió la diferencia en el ritmo y nunca se sintió cómodo con la friccióny para colmo protagonizó una fuerte discusión con Matías De los Santos (se dijeron de todo durante varios segundos) que terminó siendo lo único “relevante” durante su estadía en la cancha.
Paradela y Pochettino tampoco colmaron las expectativas. Más allá de alguna corrida al espacio, José se mostró muy endebley perdió una pelota en la puerta del área (la controló y se le fue larga)que terminó derivando en uno de los ataques previos al gol del empate de Vélez. Pochettino, en la misma sintonía. Liviano, no aportó soluciones y apenas la tocó 9 vecesdurante los 20 minutos que estuvo en cancha. Desaparecido en un partido que necesitaba la presencia de todos.
Por último, el jugador que hoy es blanco de gran parte de las críticas por parte de los hinchas: Braian Romero. El punta disputó nueve minutos y erró un gol increíble en el área chica que podría haber sentenciado la historia a favor de River. Más allá de su buena voluntad y sacrificio cada vez que le toca jugar, volvió a fallar en un momento caliente (igual que en la serie de Copa Libertadores) y a la larga, ese fallo termina pasándole factura a su equipo. Noche olvidable para todos ellos y también para Gallardo, que en este semestre no logra acertar como antes a la hora de hacer una modificación con el objetivo decambiar o mantener el curso de un partido…