(Incluye video) A pesar de tener una ventaja de dos goles, el Millonario flaqueó en Sarandí y perdió la posibilidad de sumar de a tres ante Arsenal. Si bien la expulsión y las lesiones influyeron, Gallardo equivocó algunos cambios y el equipo terminó tirado atrás durante los últimos 40 minutos.

El Más Grande empató un partido increíble en el estadio Julio Humberto Grondona. Como frente a Patronato, comenzó ganando y dominando el partido. Pero otra vez los errores quedaron al descubierto y el equipo pasó de ganar 2-0 a empatar 2-2.

Para empezar, la roja a Gonzalo Montiel por doble amonestación fue un balde de agua fría. Es que el Millo no cuenta con muchas variantes en la defensa, ya que Jonatan Maidana, Luciano Lollo, Iván Rossi -también puede jugar en la zaga central- se encuentran lesionados.

Marcelo Gallardo debió improvisar y, a los 8 minutos del segundo tiempo, sacó a Lucas Alario y puso a Nicolás Domingo. El ex-Banfield pasó a ocupar el lugar de Leonardo Ponzio y éste se ubicó de defensor central izquierdo. ¿Arturo Mina? Pasó a jugar en la zaga central derecha.

Y claro que esto llamó la atención del Mundo River. Es que hasta ese momento el partido estaba 2-0. Si bien era necesario sacar a un jugador que cumpla un rol de mitad de cancha hacia adelante para no quedar mal parado en defensa, es curioso que saliera un jugador tan importante como el Pipa, un referente del área que casi siempre resuelve a la perfección, tanto para definir como para asociarse con sus compañeros.

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Sin dudas, el Muñeco se equivocó con el cambio. Quizás hubiera sido mejor resignar un volante y pedirle a Driussi que colaborara un poco más en el retroceso, así River no perdía tanto terreno en la ofensiva. Pero La Banda lo pagó caro y los últimos 40 minutos del partido lo sufrió. Arsenal manejó la pelota, el Millo se refugió y la situación podría haber formado parte de un capítulo de la novela “Crónica de una muerte anunciada”, de Gabriel García Márquez.

A su vez, otra de las falencias de La Banda fue la ausencia de tranquilidad a la hora de mantener un resultado a favor. El encuentro estaba 2-0 y, de un momento a otro, todo se desmoronó. La expulsión y las lesiones -un punto que preocupa muchísimo a los hinchas- perjudicaron al Más Grande.

Incluso, el propio entrenador reconoció que le inquietan los momentos en los que River pierde la cabeza. Pasó contra Patronato, en la sexta fecha, cuando el Millonario lo ganaba 1-0 y luego cayó 2-1. Y ayer ocurrió en Sarandí. “Hay que sostenerlo desde lo mental, en estos partidos necesitás de esas cualidades para salir adelante. Y eso hoy nos faltó, en Paraná también”, sostuvo Marcelo Gallardo.

Por otro lado, está claro que hay una cuota de mala suerte con respecto a las lesiones de los futbolistas que actuán en la defensa. Sin embargo, también existe una floja planificación. Luciano Lollo llegó lesionado al club y su recuperación está demandando muchísimo más tiempo de lo que todos esperaban. Para colmo, El Más Grande dejó ir a Leandro Vega a Newell’s, cuando a River no le sobran futbolistas en dicha posición.

El 2-2 nos duele por la forma en que se dio todo y porque en un abrir y cerrar de ojos vimos cómo River pasó de ganar con dos goles de ventaja a tirarse atrás. Por eso se vive como una derrota. Por eso decimos que lo perdió River. Dejamos en el camino dos puntos de oro en un fútbol argentino muy parejo: todos los rivales son difíciles y cualquiera le puede ganar a cualquiera. Pero River no es cualquier club y de ninguna manera debe volver a cometer los mismos errores. Hay mucho por mejorar, desde el punto de vista táctico, mental y médico, para que en el futuro no se vuelvan a cometer los mismos errores.

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