Julián Álvarez es presente y futuro, un jugador de su jerarquía que con apenas 22 años ya se está luciendo en un Mundial y en el Manchester City solamente puede crecer. Más un chico como él que una de sus principales virtudes es la humildad y el sacrificio. Si un jugador tiene la técnica, el olfato goleador y el orden táctico que tiene Julián si se le suma su sacrificio no hay techo de crecimiento.

Julián se formó en River, debutó en Primera y a los pocos partidos ya estaba en cancha para jugar unos minutos de la final más importante de todas: River contra Boca por la Libertadores en el Bernabéu. Eso muestra también su carácter, con apenas 18 años estuvo presente en un partido tan pesado como ese y no le pesó para nada.

El cordobés suele recibir elogios y eso se debe a su enorme presente. En esta oportunidad quien habló maravillas de él fue Pablo Zabaleta, quien en 2014 supo jugar la final del Mundial para la Selección Argentina, lo hizo en diálogo con ESPN: “Quedó demostrado las ganas de Julián de llegar a un equipo importante porque obviamente no es fácil estar en un Manchester City donde tenés que competir con jugadores importantes. Fue de a poco, porque al principio iba teniendo protagonismo de a poco y en los últimos partidos cuando se lesiona Haaland, él juega de titular y hace goles siendo también importante”.

Zabaleta en la final del Mundial de 2014. (Foto: Getty).

En el Mundial empieza de suplente, le dan la oportunidad, la aprovecha y se gana el puesto. Entonces te demuestra que es un jugador con unas ganas y una determinación tremenda. Es un jugador que sabe esperar los momentos, que se entrega al máximo y eso realmente para la carrera de un futbolista es clave, espectacular. También para un entrenador como Pep que pueda considerarlo, y él por tener un grandísimo entrenador en el día a día”, agregó Zabaleta.

La anécdota con Pep

“Yo estuve en la pretemporada con el City, en Estados Unidos, y coincidí con Pep después de un entrenamiento. Me dijo que estaba fascinado con él, que estaba encantado. Que era un chico espectacular, muy receptivo a la hora de escuchar, de trabajar. Y llevaba 10 días trabajando, o menos, una semana”, concluyó Pablo Zabaleta, quien jugó durante nueve temporada en el Manchester City.