Gallardo lo remarcó varias veces en conferencia de prensa y los dirigentes lo tienen presente casi todo el tiempo. Cuando el mercado de pases del fútbol argentino culmina, la intranquilidad sigue reinando en los clubes debido al desfasaje en los calendarios que provoca que las ventanas de transferencias en Europa y otros continentes continúen abiertas un tiempo más. Y en esta ocasión, el Viejo Continente siguió decretando ingresos y salidas de jugadores hasta el 1 de septiembre.
Ayer transcurrió el último día de mercado de fichajes en Europa, mundialmente conocido como el Deadline Day, algo que en Argentina casi que no existe. Los clubes allí negocian a contrarreloj y son capaces de concretar transferencias inmensas en tan solo 24 horas, producto de la presión de los futbolistas o del deseo de los dirigentes de sacarse de encima a determinado apellido. Por suerte, en todo este trajín, ningún club del exterior vino a buscar refuerzos a Nuñez y en River respiran aliviados.
Hace poco David Martínez había recibido una oferta del Rayo Vallecano que no prosperó, lo mismo Juanfer Quintero con algunos sondeos, pero la principal preocupación pasaba por la situación de Nicolás De la Cruz: el uruguayo finaliza su contrato en diciembre y ya avisó que va a renovar, pero primero quería ver si no aparecía algún ofrecimiento desde Europa que dejara contentas a las tres partes (jugador, River y Liverpool de Uruguay, dueño de un 70% de su pase).
Destino europeo: en el último mercado River perdió a Julián Álvarez (vendido al Manchester City) y a Enzo Fernández (vendido al Benfica).
Por suerte para el Millonario esto no ocurrió y ahora sí quedó allanado el terreno para que el número 11 estampe la firma en los próximos días y renueve su vínculo por tres años más, con la promesas de que si aparece un ofrecimiento satisfactorio en los próximos mercados, River no pondrá ningún reparo para venderlo. Los otros codiciados por clubes ajenos son Paulo Díaz, Juanfer y Pablo Solari lo será si sigue manteniendo este nivel.