River ofreció un rendimiento demasiado flojo en el Bajo Flores, donde perdió 1-2 contra San Lorenzo y careció de la intensidad que tantas veces suplió la ausencia de ideas futbolísticas. Lejos en el torneo y eliminado de la Copa Libertadores, quedó en evidencia el golpe anímico, más allá de haber descontado cerca del cierre.
La versión de River que se presentó en la tarde noche del Nuevo Gasómetro fue completamente desconocida con relación a un sello que siempre estuvo fuera de discusión, incluso durante lo peores momentos: la intensidad. Al Millonario lo afectó bastante la desilusión por no tener la chance de luchar para conservar la conquista de América. Hoy fue imposible de maquillar. Si bien es cierto que vestir el manto sagrado debe ser una motivación en sí misma, no hubo manera de sentir la fortaleza mental necesaria para enfrentarse a un adversario voraz.
Ni siquiera habían pasado 60 segundos cuando River sufrió la primera llegada local. Marcelo Barovero sostuvo el cero y la respuesta del Más Grande no se hizo esperar. Lucas Alario apuró a Sebastián Torrico, el arquero falló e Ignacio Fernández aprovechó para sacar un zurdazo con el arco vacío: la pelota dio en el poste izquierdo. Parecía que iba a ser un duelo parejo, batallado, pero el conjunto de Núñez enseguida empezó a exhibir fallas por todos lados. Mal parado, lento para el retroceso y muy flojo colectiva e individualmente.
River se mostró asfixiado por un Ciclón agresivo, intenso, ancho y profundo, capaz de obligar a cometer infracciones y causar tiros de esquina. Desconectado para asociar a defensores con volantes y estos con los delanteros, padeció la baja de Andrés D’Alessandro, víctima de un posible desgarro. El Cabezón fue reemplazado por un Lucho González, que contó con una chance clarísima. Torrico le sacó rédito a la lentitud del volante para resolver. San Lorenzo contestó con voracidad. Jonatan Maidana impidió que Nicolás Blandi festejara y luego Trapito hizo lo propio cara a cara ante Sebastián Blanco.
Sin embargo, Barovero fue vulnerado cuando nuevamente Blandi dispuso de otra oportunidad y definió mano a mano. A partir de ahí, los problemas de River se acentuaron, quedaron al desnudo y la situación empeoró, segunda parte incluida. El autor del 1-0 extendió la diferencia en cara a cara. El Millonario deambuló hasta que el ingreso de Tomás Andrade sirvió para tener ciertas acciones de rebeldía. Gallardo pasó del 4-3-1-2 a un 4-4-2, con el juvenil por derecha y Gonzalo Martínez sobre la izquierda.
Mientras San Lorenzo ya no profundizaba tanto, River buscaba salir a flote. Pero generalmente las imprecisiones y la ausencia de reacción inmediata para capturar los rebotes hicieron insoportable el asunto. A pesar de todo, sobre la hora, Milton Casco, hoy lateral derecho por la baja de Gabriel Mercado (esguince en el tobillo izquierdo), dejó a varios rivales en el camino, sacó un derechazo, el balón se desvió y permitió que Lucas Alario, de media vuelta, descontara. Imposible no ilusionarse, aunque era muy tarde. Demasiado para en pocos segundos revertir la imagen opaca de novena minutos. Quedan dos partidos y hay que afrontarlos de la mejor forma posible.
+ GOLES: Los gritos en la cancha de San Lorenzo.
+ BAROVERO: “River volverá a los primeros puestos”.
+ D’ALESSANDRO: Se fue lesionado.
+ FOTOS: Las imágenes del partido.
+ TABLA: Así están las posiciones.
+ FIXTURE: Lo que le queda a River.