En el fútbol argentino se juega al límite no solo dentro de la cancha sino también afuera. Los técnicos se involucran cada vez mas en el trámite de los partidos, hablándole a los árbitros, aprovechando la falta de público para dar más indicaciones y durante los 90 minutos son un actor más del espectaculo. En el triunfo de River anoche frente a Arsenal, Marcelo Gallardo e Israel Damonte, DT del Arse, protagonizaron una situación particular, que arrancó con enojo y discusión y terminó en un abrazo y una sonrisa.

Corría el minuto 72 de partido, el Millonario no podía romper el cerrojo defensivo de Arsenal en Nuñez y para colmo Jorge Ortiz, quien había ingresado 10 minutos antes en el conjunto visitante, se tiró al piso por una lesión y el Muñeco sintió que estaba haciendo tiempo. “Dejá de romper los huevos, hermano. Qué lesionado, dale vamos, si recién se paró”, estalló de bronca el entrenador de River y rápidamente arrancó el cruce con Damonte: “Si se queda tirado no pasa nada, total después van a adicionar 14 puntos“, retrucó el ex DT de Huracán.

Pero lo que arrancó como una picante discusión terminó de la mejor manera y con un diálogo hasta algo gracioso. Resulta que al final el Marciano Ortíz no estaba mintiendo y sufrió un desgarro, por eso se tiró en el campo de juego. “Para qué lo ponés?”, preguntó con algo de ironía y riéndose el Muñeco. Damonte, siguiéndole el juego, respondió: “Se desgarró recién Marcelo, no lo voy a poner desgarrado, igual si lo pongo desgarrado me encanta porque tiene los huevos para jugar”. Bajaron los descibeles y ambos entrenadores chocaron los puños y se abrazaron. ¡Que viva el fútbol Muñe!