Pese a que el empate 1-1 contra Defensa y Justicia dejó cierto grado de incertidumbre, sabiendo que habrá que ganar ante Atlético Tucumán, el Millonario pudo levantar un partido muy difícil gracias a la aparición fundamental del colombiano. El punto sirvió para seguir en la cima.
El panorama era preocupante al cabo del primer tiempo. River no sólo perdía 1-0, sino que además mostraba una versión apagada e incómoda, completamente controlada por Defensa y Justicia, superior en el desarrollo. Sin embargo, Marcelo Gallardo entendió enseguida que la llave para tener más juego era sacar un marcador central (Javier Pinola, por una cuestión de velocidad) para poner a Juan Fernando Quintero y obtener una solución futbolístico. Fue un acierto porque ofreció variantes en ataque y aprovechó el penal cometido a Nicolás De La Cruz para señalar el 1-1 definitivo.
River estuvo maniatado durante toda la etapa inicial. Hernán Crespo hizo un planteo muy inteligente al taparle a Enzo Pérez e Ignacio Fernández, seguidos de manera constante en la salida por Rubén Botta y Neri Cardozo, respectivamente. Tampoco pudieron avanzar los laterales. Contenido en todos los sectores y sin respuestas de Ignacio Scocco y Matías Suárez para aguantar la pelota y darle respiro al resto, el equipo comenzó a sufrir. Generó una sola chance (Robert Rojas, sin marca, asistió a Nacho Fernández, cuyo remate se fue apenas desviado) y como devolución recibió el gol de Juan Martín Lucero.
Gallardo desactivó el plan visitante con la entrada de Quintero, sumado a que el pedido de mayor intensidad y velocidad de movimientos con el balón y sin él otorgó los espacios ausentes en el primer tiempo. A eso hay que agregarle que Defensa no pudo sostener el mismo ritmo. Desde ahí River asumió el protagonismo esperado. Los cambios le dieron mayor energía en la parte ofensiva, pero hubo una acción bisagra: Ezequiel Unsain le tapó un mano a mano a Lucas Pratto, de gran asociación con Juanfer.
Si bien River logró ejercer un dominio claro en la recta final del encuentro, padeció algunos contragolpes bien interrumpidos por Robert Rojas. Buscó una y otra vez. Centros, tiros desde afuera, paredes frustradas y desequilibrio individual en las inmediaciones del área. Defensa le hizo honor a su nombre. La reacción fue buena para volver a quedar en la cima, aunque no resultó suficiente para obtener el triunfo que hubiera servido para asegurar el primer puesto y quedar a un punto del título. Ahora hay que ganar en Atlético Tucumán o conseguir un resultado igual o mejor que el de Boca.