Ya estaba todo juzgado en el Monumental. River había sido eliminado por Atlético Mineiro en la semifinales de la Copa Libertadores y el sueño mayor no iba a poder ser este año. Las emociones de los jugadores variaban entre la bronca, la desazón, el abatimiento y las lágrimas, como en el caso de Paulo Díaz, quien fue consolado por Marcelo Gallardo.

El defensor chileno, que tuvo notables altibajos en esta Copa, se retiró del campo de juego dejando una escena particular: en medio de su llanto se cruzó con el entrenador, quien fue directamente a su encuentro para abrazarlo, primero, y contenerlo después en un intento de calmar su angustia y cuando caminaban juntos, le dijo: “Ya está. No se nos dio, no se nos da“.

Gallardo tomó la responsabilidad del momento y, como en el caso de Paulo Díaz, también contuvo a los otros jugadores a los que vio afectados por el derrumbe del sueño, del gran objetivo que se desmoronó con el muy mal partido de todos en Belo Horizonte y un 0-3 irremontable no por el juego, que en la vuelta se vio reflejado en algo mucho más cercano a lo que los equipos del Muñeco proponen, sino por una falta de gol que a esta altura ya parece ser una marca de este segundo ciclo.

“Estamos en deuda con el hincha”

En conferencia y luego de hacer una fuerte autocrítica, Marcelo Gallardo reconoció a los hinchas de River, protagonistas de una noche donde quedaron en la historia por el apoyo: “El sentimiento y la pasión que demostró el hincha, con un resultado adverso y con un equipo que no viene jugando bien, fue impresionante. Dio la cara, alentó todo el partido y dio un recibimiento que nunca había visto así”.