De la noche a la mañana pasamos de ya sentirnos mentalizados en aceptar que la gran joya del fútbol argentino se iba a ir a fin de año, a resignarnos y a tratar de asimilar que en un 99% estará afuera de River con suerte después de cumplir los 18, en poco más de dos meses. Y la cabeza de Franco Mastantuono en estas horas transita por el dilema de resolver su futuro, mientras entrena al lado de Messi y de Julián con la chance de debutar en la Selección Argentina y mientras está a 12 días de jugar un Mundial de Clubes. Una explosión de sensaciones difícil de manejar para un chico que hasta hace algunas semanas solamente estaba preocupado en disfrutar el fútbol y en un examen de geografía de la secundaria.
Lo primero a tener en cuenta en el caso Mastantuono es que estamos hablando de una situación totalmente incomparable a lo largo de la historia de River y del fútbol argentino. Porque por un lado lo vienen a buscar al mismo tiempo el flamante campeón de Champions y el equipo más poderoso del mundo, y por el otro las cifras serán las mayores de nuestro país en una venta de todos los tiempos.
Entendiendo este contexto, todo está en manos del chico y su voluntad. Y sabiendo como viene la mano, lamentablemente tenemos que tomar como un “regalo milagroso” que se pueda hacer alguna gestión para que se quede 6 meses más, sabiendo que el club más fuerte del planeta desembolsará una suma sideral. Y pase lo que pase considero que siempre es mejor poder disfrutarlo más tiempo aunque esté vendido que no tenerlo, porque además un jugador con la personalidad de este chico en ningún momento se va a tirar a menos por estar vendido, entendiendo también que ama la camiseta de River.
La inevitable decepción y angustia de los hinchas
Como hinchas estas cuestiones nos decepcionan porque es demasiado frustrante no poder disfrutar ni siquiera dos años en plenitud a un chico que explota a los 17 años y que jugará varios mundiales. Es una impotencia muy grande. Hace menos de 40 días le ganábamos a Boca con un gol épico de este pibe y parecía que nos podíamos llevar el semestre y el año por delante. Hoy nos invade la angustia porque se nos escapó un torneo increíble y porque se vislumbra una partida que tarde o temprano será inevitable. Sumado a que las chances de Libertadores se reducen bastante si no está el líder futbolístico del equipo.
Podrán ser 45 o 500 palos, pero ninguna billetera gorda tapará la tristeza de haberlo disfrutado tan poco, porque somos hinchas de un equipo de fútbol antes que de balances financieros. River seguirá su camino y nosotros estaremos siempre alentando, pero estas cosas te hacen ver de frente lo más triste de una realidad que nosotros en vida no veremos nunca que sea diferente, donde las arcas más poderosas seguirán dominando a voluntad sobre las economías de países más necesitados.
A nivel dirigencial ya a esta altura es imposible hacer algo para retenerlo, pero sí de acá en adelante se deben reveer algunas políticas respecto a los chicos de Inferiores. Por un lado que no les tiemble el pulso a la hora de ofrecerles a estas joyas el mejor salario y contrato del plantel sin importar lo que piensen los grandes, porque es el que te va a hacer ganar los partidos y los campeonatos. Por el otro, entiendo que las cláusulas de rescisión no tienen sentido porque marcan un techo, y en un caso como este Mastantuono vale de mínima un 50% más que 45 millones. Las negociaciones tienen que ser club a club ofertando cifras libres y sin tope, y a la vez no estás atado a que el futbolista salga por un número por el cual no se puede negociar más.
Y otro factor importante: en caso que se quede hasta diciembre no se puede ir un mes al Mundial Sub 20 en el medio de la Libertadores. Es un jugador de elite. Una cosa es darlo a la mayor para Eliminatorias y otra es perderlo 40 días en medio de todo este contexto. Si él elige quedarse en River para ganar la Libertadores, que se priorice eso por encima de todo. Y dentro de 2 años tendrá la chance de ir al próximo mundial juvenil.
Sabiendo el potencial que tiene y el futuro que le espera queda muy claro que nada le va a bloquear a Mastantuono la chance de triunfar en el club que él quiera en Europa, y creo que no se justifica desde la cuestión deportiva la decisión de irse tan rápido, porque tampoco va a tener las puertas cerradas de la Selección brillando en River.
Pero en una época donde lo inmediato se lleva puesto todo y donde las ligas del primer mundo te permiten conocer un mundo inalcanzable para Argentina, es difícil juzgar y meterse en los deseos y también en el bolsillo de alguien que indudablemente será una estrella mundial. Por más bronca que nos genere la situación por no poder disfrutarlo más tiempo, estamos atados de pies y manos. Porque, insisto, es un caso atípico y único en la historia del fútbol argentino que no se puede comparar con ningún otro.