Es uno de los tres goles más gritados de la historia de River. O al menos debería estar en esa lucha. Cuando el reloj comenzaba a provocar un estado de nerviosismo insostenible para cualquier hincha, Lucas Pratto supo cómo direccionar el pie derecho para impactar la pelota luego de un desborde de Ignacio Fernández. Esa acción permitió que el Millonario pudiera lograr el 1-1 tan importante contra Boca en Madrid, por la revancha correspondiente a la final de la Copa Libertadores.
Lo más lógico hubiera sido que se chocara con sus compañeros o terminara formando parte de la base de una montaña humana para celebrar semejante desahogo. Sin embargo, el Oso detuvo su carrera furiosa y, mirando al horizonte del estadio Santiago Bernabéu, eligió cruzarse de brazos. La postal es brillante, una fotografía de colección que le da un toque especial al álbum dorado de recuerdos, pero quedaba latente la pregunta, ¿por qué optó por esa postura?
“Yo no sé si ella sabe quién es (Kylian) Mbappé(NdeR: el francés se caracteriza por cruzar los brazos después de cada gol), no creo. El tema es que yo soy muy colgado. Convertí contra Gimnasia, por la Copa Argentina, y contra Boca, en la Bombonera, y me olvidé. Entonces, llegaron los reclamos: ‘Muy lindo el gol, papi, pero no hiciste el festejo’. En el Bernabéu salí como un loco y pensé en ella, entonces me acordé y me frené en ese instante“, confesó Pratto, en una entrevista que le concedió al diario La Nación.
Pía, su hija de apenas ocho años, es fanática del Fortnite, ese juego que es furor entre chicos, adolescentes e incluso adultos. Dicho entretenimiento se caracteriza por una serie amplia de coreografías para imitar, algo que al delantero de River le cuesta. Pese a la dificultad, uno de los héroes de la histórica conquista decidió darle el gusto a su pequeña.
¿Volverá a repetirse esa manera de celebrar? “Ojalá haga muchos goles más porque el festejo llegó para quedarse”, avisó Lucas, excepto que “Pía se aburra”, aclaró inmediatamente. El deseo de todo River es que pueda cansarse de cruzar los brazos.