Iban 17 minutos de la segunda mitad cuando Excursionistas contó con una chance inmejorable para establecer el 1-1 parcial. Franco Armani salió a cortar una contra letal de Leonel Barrios y le cometió falta dentro del área. Penal inapelable. El mismo Barrios se hizo cargo de la ejecución y esta vez el Pulpo se hizo gigante: se volcó sobre su derecha y tapó un remate violento y alto.
El atajadón de Franco Armani desató la locura de los hinchas de River y del propio arquero, que se quebró en medio de las felicitaciones y señaló al cielo, con cierta sed de revancha. Sin embargo, hubo una celebración totalmente inesperada y fuera de contexto, que generó sorpresa en algunos protagonistas, especialmente en sus compeñeros.
César Peralta, defensor de Excursionistas, decidió no mirar la ejecución de Barrios. le dio la espalda al penal y cuando escuchó el griterío de los espectadores, celebró y agitó sus brazos como si su compañero hubiera convertido. Cuando se dio vuelta, se dio cuenta que Franco Armani atajó la definición y que los que festejaban eran los hinchas de River.
El jugador de Excursio estuvo varios minutos tomándose la cabeza e insultando al aire, arrepentido por haber festejado la atajada del arquero rival. Le costó volver a meterse en el partido. Minutos más tarde, sufrió los goles de Mastantuono y Ruberto, que sellaron el 3-0 final. Momentó insólito e increíble.