El superclásico del fútbol argentino es uno de los eventos más importante del mundo. Es cierto que en cuanto al juego puede esperarse más en clásicos como por ejemplo Real Madrid y Barcelona, Manchester City y Manchester United o Bayern Munich y Borussia Dortumd, pero en ninguno de ellos se va a encontrar la pasión, la rivalidad, las ganas de ganar que hay en el River-Boca.
Tampoco se van a encontrar con la impresionante fiesta que hubo en el Monumental. El estadio estaba prácticamente lleno a dos horas del comienzo del partido, nunca se dejó de cantar -ni en la previa, ni durante ni en el post partido- las banderas de palo por todo el escenario, las bengalas de humo, el telón con los ídolos en la San Martín Alta, la camiseta de la Gloria Eterna cayendo desde la Sívori Alta y un aliento impresionante.
Esos condimentos hacen que el superclásico esté en los ojos del mundo. Después el juego brusco -en esta oportunidad por parte de ambos- y la ansiedad de River por ganarlo hizo que el partido por muchos momentos no sea bien jugado, pero la realidad es que si hubo un equipo que siempre quiso ganarlo, que intentó hasta el final fue el de Martín Demichelis, que por no resignarse encontró el triunfo en la última mediante un penal -bien cobrado sobre Solari- ejecutado a la perfección por Miguel Ángel Borja.
La FIFA se hizo eco del triunfo de River
La cuenta de Twitter de la FIFA @fifaworldcupes publicó una serie de imágenes del superclásico -una de Borja, otra de Demichelis y otra del Monumental visto desde arriba- y escribió: “River Plate se quedó con un superclásico caliente”. Una clara muestra de la importancia del superclásico para el mundo del fútbol.