En la previa del superclásico había pocos jugadores de River que eran una fija. Al entrenador le costaba encontrar el rendimiento ideal y por eso surgían dudas en relación al once que saldría en la Bombonera. De lo que no había duda alguna era que Esequiel Barco iba a ser titular. Probablemente, Barco y De La Cruz sean los jugadores con rendimiento más parejo -y alto- en lo que va del año y Demichelis siempre supo que ellos dos iban a ir desde el arranque.

Como era de esperar, ninguno de los dos le falló al entrenador y ambos se destacaron en las funciones que les tocó. Barco jugó con ciertas libertades, aunque siempre comenzando desde el sector izquierdo y la verdad es que se hizo un festival por el sector de Marcelo Weigandt, que tuvo un rendimiento para el olvido, como casi todos sus compañeros. Inclusive, Barquito pudo haberse anotado en la red, tuvo una situación franca en el segundo tiempo, pero su remate salió bastante central y Romero la mandó al córner.

River fue ampliamente superior a Boca y los plateistas del equipo local empezaron a insultar a Esequiel Barco, quien estaba recostado sobre ese sector. Luego de varios insultos, el futbolista los miró fijamente y llevándose un dedo a la boca les pidió silencio. Eso hizo que más de uno se enfureciera y lo siga insultando. Más allá de los agravios verbales, esa misma platea fue la que en el gol de Enzo Díaz arrojó decenas de palos a los jugadores que festejaban. Los inadaptados de siempre que no saben perder.

Barquito, picante contra Almirón

Almirón se queja mucho. Tiene que fijarse un poco más en él, un poco más de autocrítica. Fuimos superiores durante los 90 minutos y nos quedamos con una victoria muy importante. Fuimos los únicos que intentamos, dominamos y ellos no tuvieron situaciones claras. Estamos muy contentos”, afirmó el talentoso futbolista del Más Grande en zona mixta tras el triunfo en el superclásico.