Martín Demichelis pudo sacarse el saco de entrenador y ponerse el de hincha tras varios meses de trabajo incansable. Más que merecida tiene esa licencia aquel que llegó siendo un pibe con el sueño de jugar en River desde Justiniano Posse y más de veinte años después -en otro rol- obtuvo un campeonato respetando a rajatabla la filosofía del club. River fue un gran campeón de la Liga Profesional y no solamente por haberla ganado a falta de dos fechas para el cierre de la misma, sino por cómo la jugó.
Micho y su cuerpo técnico tienen mucho que ver con esta conquista y de eso no caben dudas. Reemplazar a Marcelo Gallardo tras ocho años y medio repletos de éxito no iba a ser tarea sencilla, pero Enzo Francescoli -que entiende las necesidades del club como nadie- eligió a Martín Demichelis para sucederlo. El uruguayo vio en él un entrenador joven, apasionado, nacido en el club y sumamente trabajador.
Ya en la conferencia de prensa en que lo presentaron, Micho se ganó el respeto de los hinchas por cómo habló y también lo que prometió: trabajo y respetar la filosofía del club. Esos dos aspectos fundamentales para triunfar en River se fueron viendo desde un comienzo. Con aciertos y errores, nadie podrá decir que Martín Demichelis no trabajó o no respetó el estilo histórico del club. Afortunadamente, el pasado sábado pudo cosechar el fruto de su trabajo al obtener la Liga Profesional.
Micho, alocado en los festejos
El traje de entrenador le queda muy bien a Demichelis, pero no caben dudas que el de hincha le queda mucho mejor. Ya en los minutos finales del partido contra Estudiantes se lo pudo ver emocionado como un hincha más que estaba en la tribuna, ya cuando sus hermanas le dieron una camiseta emblemática con el nombre de su mamá, fue extraordinario y en los festejos internos en el anillo junto a los jugadores y las familias, Micho tomó el micrófono, pidió cantar “porque este años de acá de Núñez salió el nuevo campeón” y terminó saltando a lo loco.