Julián Álvarez es uno de esos jugadores que parece estar tocado por la varita mágica. Desde aquel ingreso en la final de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu frente a Boca en el 2018 hasta estos días, el delantero oriundo de Calchín no paró de crecer, de fortalecer su juego y de convertirse en un delantero temible para todos. No importa si juega 90 minutos o ingresa faltando poco para el pitazo final. La Araña siempre está al acecho. Esta tarde lo sufrió el Real Madrid en carne propia.
El trámite del partido fue a pedir del Manchester City, de principio a fin. El equipo de Pep Guardiola fue el que impuso las condiciones, el que se hizo dueño de todas las situaciones de peligro y también de los goles. Se fue al descanso ganando 2 a 0 gracias al doblete de Bernardo Silva, pero el resultado parcial pudo ser más abultado. Si el primer tiempo no terminó en goleada fue pura y exclusivamente por las atajadas de Courtois y por la falta de puntería de Erling Haaland.
En el complemento nada cambió desde el juego, más allá de una tibia reacción del Real Madrid en algunos pasajes del partido. El City siguió manejando los hilos del partido y también contó con los espacios para rematar el partido cuando quisiera. Y lo hizo en los minutos finales, primero con el grito de Manuel Akanji a los 30 minutos del segundo tiempo. A falta de dos minutos para el cierre, Guardiola mandó a la cancha a Julián Álvarez por Haaland. Y el ex delantero de River respondió con creces: en la primera y única maniobra de gol, quedó mano a mano con Courtois y definió de manera exquisita. Puso la pelota contra un palo y selló el 4 a 0 final. Triunfazo y la final de la Champions, donde la Araña va por un nuevo título internacional.