"El día de mi debut, contra Guaraní en 2017, estaba recontrafeliz. Esa caminata por el túnel mientras sentía el grito de toda la gente la disfruté muchísimo, no quería que terminara más. Y después cuando entré y vi el Monumental fue muy fuerte. Ya cuando me puse la camiseta en el vestuario había sentido esa emoción y esa alegría de decir: '¡Cumplí el sueño!'". No hace falta aclarar que Enzo Pérez es fanático de River. Ya ha dado muestras de las más variadas. Pero ese amor tan fuerte por El Más Grande fue el que lo llevó a hacer todo lo posible por llegar a Núñez. Se plantó en Valencia para que lo dejaran ir después de un llamado que cambió todo, el de Marcelo Gallardo.

 

"En enero de 2017, River había hecho un intento y no se pudo. En junio, yo ya había avisado en Valencia que me iba. Mi representante me dijo: 'Estate atento que en 20 minutos te va a llamar Gallardo, quiere hablar con vos'. Agarré y le dejé el celu a mi hermano Franco. Yo estaba ahí al lado, entonces sonó el teléfono y atendió él. 'Es para vos, es Gallardo', me dijo, dándome el teléfono, asustado, no entendía nada, ja, ja. Charlé un rato con Marcelo y después nos dimos un abrazo tremendo con mi hermano y con mis viejos. 'Sos un hijo de puta, ¿cómo me vas a hacer esto?', me decía mi hermano", detalló el mendocino en una extensa entrevista con La Nación. Y dio más detalles de lo que habló con el Muñeco: "Me explicó que me quería en el equipo y me agradeció por las ganas que había mostrado por venir. Le pedí que por favor se concretara lo antes posible, le comenté que había varias propuestas dando vueltas, pero que yo iba a esperar a River hasta que se concretara o hasta que me dijeran que no se podía hacer. Le pedí que fueran realistas y le aclaré que no iba a haber problemas de mi parte con lo económico. 'Siento y escucho tus ganas, Enzo. Vamos a hacer todo lo posible, esperanos', me dijo. Y a los 2 o 3 días se definió".

En ese momento, el Bristol de Inglaterra y otros clubes españoles también estaban interesados en Pérez, pero algo pesaba mucho más en su corazón: "Yo les decía a mis viejos y a mis hermanos que iba a jugar en River, 'aunque sean seis meses pero voy a jugar, no puedo retirarme sin ponerme la camiseta de River'. Y en cuanto vi que el deseo de River era real, ni lo dudé".

Así fue como rápidamente se definió la incorporación de Enzo como uno de los grandes refuerzos para ir por la Libertadores 2017, que no se dio, aunque un año más tarde tendría la mejor revancha de su vida. Desde el primer día supo que con el nombre no le alcanzaría para ser titular y lo comprobó en cada charla del Muñeco: "Nunca me lo dijo en forma individual, sino que ese es un mensaje para todo el grupo que suele dar en cada inicio de pretemporada: que acá no importan los nombres sino el conjunto, que todos tenemos que sumar desde el lugar que nos toque, que acá juega el que mejor está, que a veces se puede equivocar, pero siempre será en beneficio del equipo. O sea: te deja las cosas claras desde un principio y después nadie puede patalear".