La historia de vida de Charly Rodríguez es emocionante. En su Costa Rica natal se dedicaba al boxeo y para 1994 recibió una oferta de trabajo para venir a Argentina y establecerse, pero finalmente todo fue un engaño y se quedó en la calle. A los pocos años conoció a Jorge Brito -padre- y por el amor al boxeo de ambos generó un vínculo con toda la familia a tal punto de convertirse en el entrenador personal de ellos, entre quienes está Jorge Brito -hijo-, el actual presidente de River.

Charly se entrevistó con TN y contó su emotiva historia: “En San José de la Montaña yo trabajaba en la cosecha de café. Pero es muy común allá que en la temporada de verano muchos jóvenes vayan a trabajar a las playas. Y se dio que en el bar donde trabajaba solían ir varios argentinos con quienes teníamos mucha afinidad. Una vez me crucé con unos que tenían una empresa de venta de pescado y me ofrecieron venir a trabajar a Mar del Plata. Yo me vine con una novia alemana que también tenía previsto venir para acá. Mi llegada fue de terror. Porque el trabajo nunca existió y la chica alemana se cortó sola. De repente me quedé solo en una ciudad gigante como Buenos Aires. Esos días fueron patéticos para mí, pero ahí empecé a remarla. Me acuerdo que tenía el pasaporte en la mano y dos pesos en el bolsillo”.

Era una convivencia muy humana. No sabés la solidaridad que había entre nosotros. “Che, hay duchas en la prefectura de Retiro. Che, hay sobra de comida que nos ofrecen de tal restaurant, che hacemos las necesidades en tal estación ferroviaria”. Era una vida cruel donde abundaba la solidaridad. Conviví con muchachos indigentes que llegaban de Salta y Corrientes a ganarse la vida”, contó Rodríguez sobre su experiencia de vivir en la calle.

Con el correr de los años se fue afianzando ell azo con los Brito y de hecho, hoy es quien conduce el River Boxing Team. Rodríguez contó cómo lo ve a Jorge Brito, a quien entrena: “Jorge anda muy bien. Solo una cosa: no le vayas a fallar en algún entrenamiento porque no lo toleraría. Los hermanos también son buenos boxeadores. El entrenamiento arranca a las 7.30 de la mañana y no se te ocurra llegar tarde porque son muy exigentes. No sabés la conducta que tiene esa gente. Yo bromeo con que soy el único que les puede pegar a todos y no me demandan… Don Jorge me mostraba fotos suyas con Óscar de la Hoya y con Julio César Chávez”.

¿Qué aprendió de los Brito?

Aprendí el valor de la conducta y la disciplina. Con ellos están a mil o no estás. No lo digo por altanero, que se entienda por favor. Pero yo tengo casa propia y puedo andar en una camioneta 4×4. Dentro del boxeo no es necesario ser campeón mundial para tener una vida digna. Mis hijos Sofía, Lola, Pedro y Valentín están por el buen camino. Eso me da felicidad. Pensar que fui un indigente y logré tener una vida”, concluyó Charly Rodríguez.