El duelo del próximo domingo entre River y Boca, por los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional, tendrá una serie de particularidades que lo convierten en un partido muy especial. Uno de ellos es que se jugará en un terreno neutral, como hace varios años no sucede con el superclásico. Todavía está latente el recuerdo de la final en Madrid del 2018, el día en que las dos hinchadas convivieron en un mismo estadio por última vez.

Más allá de la cuestión folclórica en las tribunas, dentro del verde césped también habrá una situación bastante particular en el próximo superclásico y es que el campo de juego no está en sus mejores condiciones. El estadio mundialista de Córdoba atraviesa un proceso de resembrado, típico de esta época del año, en el que se produce el cambio de estación y de temperaturas. Por eso, no llegará en buena forma al superclásico del próximo domingo.

Las primeras imágenes que se viralizaron en redes sociales mostraban un campo de juego bastante pelado, con muchas imperfecciones y descolorido. Por eso se barajó en algún momento la posibilidad de cambiar de sede y trasladar el River-Boca a otro escenario. Sin embargo, luego de algunas inspecciones oculares y de conocer a fondo el trabajo que se viene realizando, decidieron mantener el clásico en el Kempes. Y a trabajar a contrarreloj para dejar el terreno lo mejor posible.

Así está el campo de juego del Estadio Kempes a cuatro días del superclásico

Más allá de algunas imágenes de días atrás que se hicieron virales, las últimas panorámicas del Estadio Kempes muestran un campo de juego mejorado, con más color y un suelo que a primera vista parece más parejo. Todavía quedan cuatro días para continuar con los trabajos en el terreno. Desde la organización estiman que llegará en muy buenas condiciones, contra todos los pronósticos iniciales. La verdad se terminará de revelar el domingo, en el ¿verde? césped.