Pese a la bronca por la caída, los hinchas de River dejaron en claro que el sentimiento desconoce de resultados. El respaldo fue incondicional y con un pedido contundente: ganar la Copa Argentina.
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Entre tanta bronca e impotencia por haber perdido el Superclásico, hay algo para destacar una vez más: el apoyo de la gente en todo momento. Unos 65.000 hinchas hicieron que el Monumental fuera una fiesta antes del partido y durante el mismo. Con cintas rojas y blancas, más un mosaico perfecto (letras negras en un fondo decorado por los colores de River y, al costado, los patrios), la bienvenida fue espectacular.
La pirotecnia desde afuera más algunas bengalas respaldaron semejante muestra de pasión. Como ya es habitual, la Subcomisión del Hincha preparó un recibimiento a la altura de las circunstancias. El aliento fue un lujo en materia de repertorio: 18 canciones diferentes. Desde “al fin va a decir la verdad el que escribe los diarios” hasta “jugando bien o jugando mal, oh, yo te quiero, no me importa nada, te vengo a alentar”, pasando por “soooy de River” y “el que no salta, abandonó”, dedicado al eterno rival.
El partido se vivió con mucho nerviosismo, como ocurre siempre. La conquista de Walter Bou fue un baldazo de agua helada, pero los hinchas se repusieron para respaldar anímicamente al equipo. El 1-1 se festejó muchísimo, teniendo en cuenta que Sebastián Driussi resolvió de volea, ideal para gritar. Lejos de generar conformismo, el simpatizante pidió más: “Para ser campeón, hoy hay que ganar”.
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(Video: Lucio Sammartino)
Enseguida, Lucas Alario marcó el 2-1 y ocasionó un “oooh, vamos, River Plate”. La gente se refrescó durante el entretiempo, en paz por el resultado, mientras que empezó a lamentarse por las chances desperdiciadas para estirar la diferencia en la segunda parte. Hubo aplausos para Andrés D’Alessandro, que se despidió del Monumental y, en el afán por evitar la amonestación durante su salida, le dio aviso al árbitro Diego Abal.
Sin embargo, el error de Augusto Batalla dejó sorprendido a cada hincha. Fue difícil asimilar el golpe. Como si fuera poco, nuevamente apareció otro gol visitante. La recuperación de la gente llegó para apoyar a los jugadores en el cierre, al mismo tiempo que los cambios despertaron dudas e interrogantes, hasta por ahí algún cuestionamiento a Marcelo Gallardo. En ese contexto, se produjo una fuerte discusión en la Blegrano Media, debajo de las cabinas, acaparando la atención de todos.
Sobre el final, tal vez con resignación, surgió un emotivo “oh, yo te quiero, no me importa nada, te vengo a alentar”, evidenciando que el resultado pasaba ya un segundo plano. Es que la pasión por River nunca disminuye ni abandona. Aunque sí existió un pedido, el de todos, pensando en el próximo jueves ante Rosario Central: “Que en la Copa (Argentina), cueste lo que cueste, en la Copa tenemos que ganar”. ¡Vamos, Millonario!
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+ PUNTAJES: Jugador x Jugador.
+ GOLES: Los gritos en el Monumental.
+ D’ALESSANDRO: Saludo con sabor a despedida.
+ FOTOS: Las imágenes del Superclásico.