Todo llega para el que sabe esperar, dice el dicho. Y mirá si no valió la pena la espera para Tomás Lecanda, que ante la ausencia de varios jugadores en defensa, Marcelo Gallardo decidió citarlo para el partido que esta noche River jugará en Junín ante Sarmiento. Detrás de cada aparición en Primera, siempre hay una historia de sacrificio y esfuerzo para llegar hasta el máximo peldaño y en la carrera de Lecanda hubo un actor principal que lo ayudó mucho a ser quién es hoy: Javier Pinola.

El central realizó su primera pretemporada profesional a mediados de este año en Orlando y allí empezó a forjar una estrecha relación de compañerismo con Pinola: "A veces lo llamo y le pregunto: ‘¿Qué tendría que hacer ante tal situación?’. Y siempre está para aconsejarme. Es casi como un padrino. Me escribe por privado, me habla antes del entrenamiento y me explica algo del puesto o me refuerza algún concepto de la charla técnica", contó juvenil en diálogo con Olé. 

Al igual que muchos otros futbolistas, llegó un punto en el que Lecanda tuvo que decidir si seguía dedicándose a la pelota o no, y la respuesta siempre la tuvo clara: "Cuando tenía diez años me preguntaron qué quería hacer de mi vida. Me plantearon que el hecho de ser futbolista me podía salir bien o mal. Y yo les dije que quería jugar al fútbol en River".

Por último, recordó cuando jugaba en el club 25 de Mayo de Martínez, donde dio sus primeros pasos con la pelota en los pies en una posición que nada tiene que ver a la actual: "Era delantero y de hecho salí goleador varios años pero después me tuve que ir retrasando en la cancha porque el arco se me hacía cada vez más chico