Gallardo habló largo y tendido acerca de los grandes problemas que tiene el fútbol argentino en materia de resultadismo e histeria. Dejó un mensaje bastante claro e interesante, que vale la pena leer.
Todavía no le tocó estar en el ojo de la tormenta. Tal vez evite esa situación al frente de River, donde sus éxitos fueron enormes, jamás la experimente. Sin embargo, Marcelo Gallardo conoce hasta el mínimo detalle lo que representa la exigencia extremadamente elevada que existe dentro del fútbol argentino. Hoy, en la otra vereda, Rodolfo Arruabarrena corre serio riesgo de ser despedido.
Lejos de evadir la pregunta que recibió durante la conferencia de prensa de esta mañana, en el predio de Ezeiza, el Muñeco habló sobre la situación que enfrente el DT del eterno rival. Reconoció que le pareció increíble que Pablo Guede también fuera cuestionado antes de ganar la Supercopa Argentina con San Lorenzo, y sacó a relucir sus puntos de vista, sin guardarse nada.
Parece que cada vez estamos más enfermos
“Parece que cada vez estamos más enfermos. Hay una locura tremenda. Se exagera todo para bien y para mal. El hecho de la urgencia de los resultados hace que no haya paciencia para nada. Se analiza nada más que el resultado. El entrenador termina pagando las malas gestiones, generalmente, porque es el primer fusible. Lamentablemente, vivimos así. El entrenador lo tiene que saber. Son las reglas del juego”, expresó el DT de River.
Está claro que Gallardo apela al sentido común que ya dejó de existir entre tanto nerviosismo. Serio por el asunto, hasta preocupado como consecuencia lo que ocurre, amplió el concepto: “Hoy le toca a uno y mañana a otro. Hay una gran confusión para bien y para mal. Ahora que ganamos 5-1 se exagera y no es así. Acá hay que trabajar con humildad. Hay que hacerlo en silencio”.
Y, como si fuera poco, el Muñeco manifestó qué le molesta, qué creer se necesita para evolucionar. “No somos un país paciente, futbolísticamente hablando, para saber esperar. Para tener un fútbol mejor todos tenemos que aportar. El fútbol argentino cada vez retrocede más. Las cosas que no me gustan trato de decirlas, más allá del color de la camiseta. Por ahí mis opiniones no son políticamente correcta”, sentenció.
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