El superclásico es un partido aparte, el hincha lo sabe y los jugadores también. La semana previa es completamente diferente y más todavía cuando el partido es determinante y de eliminación directa. En los últimos años se jugaron varios de estos tipos de partidos y el denominador común fue que el Más Grande eliminó al eterno rival. Pero cada serie fue y será diferente y el duelo del próximo domingo en la Bombonera será una nueva historia que podría darle al equipo de Marcelo Gallardo el pase a la semifinal de la Copa de la Liga con el condimento de extra de haber dejado afuera al clásico de toda la vida, otra vez.

Desde que Marcelo Gallardo asumió como director técnico de River a mediados de 2014, el Más Grande jugó contra Boca por diversas competiciones y desde entonces dos superclásicos tuvieron lugar en la Bombonera un 14 de mayo. El primero fue por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores 2015 y el segundo fue por el Campeonato de Primera División 2016/17.

El día del gas pimienta

El 14 de mayo de 2015 quedará en la historia como un día triste para el fútbol, lo que sucedió en la Bombonera fue un despropósito, que puso en riesgo la integridad física de los jugadores de River. El Millonario enfrentaba a Boca por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores, la ida había sido triunfo del equipo del Muñeco por 1 a 0 con gol de Carlos Sánchez- y la revancha había comenzado pareja pero con River imponiendo las condiciones en el campo de juego. Cuando los futbolistas del Más Grande regresaban al campo de juego, uno grupo de inadaptados de Boca rompieron la manga y agredieron con gas pimienta a los jugadores, lo que derivó en que varios de ellos queden con secuelas. El partido se suspendió y River avanzó a cuartos de final, ya que el eterno rival quedó expulsado de la competición.

Un baile histórico

Dos años más tarde del tristemente célebre día del gas pimienta, River visitó al eterno rival en la Bombonera por la fecha número 24 del Campeonato de Primera División 2016/17. El partido fue completamente de River, que desde un comienzo se plantó en campo rival y superó a Boca en todos los aspectos, tanto en el juego como en la entrega. A los 14 minutos el Millonario se puso en ventaja a través de una volea espectacular de Gonzalo Martínez. Nueve minutos más tarde fue Lucas Alario que amplió el marcador con una gran definición que Agustín Rossi no pudo contener. Antes que finalice el primer tiempo, Fernando Gago descontó de tiro libre. En el segundo tiempo el eterno rival pudo empatar pero una doble atajada de Augusto Batalla salvó al equipo del Muñeco. La frutilla del postre la aportó Sebastián Driussi que con el tiempo cumplido estableció el 3 a 1 y lo celebró a lo grade: se sacó la camiseta y le mostró a los hinchas de Boca un león gigante tatuado en su espalda.