(Santa Fe – Enviado especial) El Más Grande reflejó en el marcador la enorne diferencia futbolística y goleó 7-0 al equipo de Salta. Hubo una distancia gigante tanto desde el punto de vista técnico como en lo físico y lo táctico.

No hubo equivalencias. Cualquier evaluación debe ser relativizada. De ninguna manera porque haya que restarle méritos a River ni menospreciar a un Central Norte tan voluntarioso como limitado, pero sí porque quedó expuesto que había una diferencia imposible de maquillar. Ni siquiera bajando la intensidad un poco mermó la facilidad para pisar el área y generar situaciones de gol. El 7-0 reflejó la supremacía que hasta podría haber tenido un resultado de mayor envergadura.

River ganó, gustó y goleó. Hizo circular la pelota con fluidez, tuvo el balón prácticamente siempre, pasó pocos sobresaltos y disfrutó de una goleada en su regreso a la competencia oficial por los 32vos de final de la Copa Argentina. El equipo, más allá de enfrentarse a un adversario menor -está en la cuarta categoría, pero sin ritmo porque el Federal B se disolvió para darle paso a un torneo llamado Regional Amateur, cuyo inicio será el año que viene-, tuvo un funcionamiento aceitado, con un rendimiento destacado en lo colectivo e individual.

Tan sólo cuatro minutos necesitó River para ponerse en ventaja y con apenas media hora sentenció la victoria porque ya estaba ganando 4-0. La distancia en lo técnico, físico y táctico fue abismal. Los jugadores del Más Grande parecían aviones frente a un grupo que se distribuye entre la humilde liga salteña y la falta de juego por ese vacío provocado por una decisión de la AFA al suprimir una divisional. Marcelo Gallardo y sus dirigidos tomaron el compromiso con la mayor seriedad posible, sin regular esfuerzos ni cancherear a sus oponentes.

Ignacio Scocco, mediante un doblete, Exequiel Palacios, en dos oportunidades, Lucas Pratto, Lucas Martínez Quarta (de cabeza) y el ingresado Rafael Borré señalaron los tantos del 7-0. Gonzalo Martínez se lució, Leonardo Ponzio fue dueño del medio campo, la defensa respondió y el nivel general no mostró problemas. Por eso el marcador dejó en evidencia la diferencia entre River y Central Norte. El conjunto de Núñez se clasificó a la siguiente fase, donde se medirá a Villa Dálmine, un club que participa de la B Nacional y promete estar más preparado el próximo sábado en Formosa.

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