El Millonario podría haberse llevado los tres puntos de Florencio Varela, pero también estuvo cerca de irse con las manos vacías en un 3-3 vibrante. Pese a que ejerció un dominio durante buena parte del segundo tiempo, le costó soportar la dinámica constante que impuso Defensa y Justicia.

Tan sólo 72 horas pasaron desde una presentación a otra. Si bien el plantel físicamente se encuentra muy bien preparado, costó jugar al ritmo que siempre propone Defensa. Más allá de que a River le conviene un rival con ambición ofensiva, en este caso le resultó bastante peligroso durante varios momentos de la noche. Sin embargo, terminó 3-3. Coqueteó tanto con la victoria como la derrota.

A muchos jugadores se les hizo difícil adaptarse al escenario. Ocurrió, por ejemplo, con Jonatan Maidana en la acción del penal que le cometió a Agustín Bouzat para que Tomás Pochettino abriera la cuenta. Apenas iban siete minutos y el resultado ya era adverso. Aunque a los 16 llegó la igualdad sin siquiera rematar al arco hasta entonces porque Tomás Andrade, cual Lionel Messi rodeado por varios adversarios, limpió el camino para que Gonzalo Martínez enviara un centro que culminó en gol en contra de Mariano Bareiro.

El partido tuvo un trámite de máximo vértigo durante la etapa inicial. Fricción veloz, pases rápidos, ida y vuelta constante. El medio era una autopista, la pelota parada le ponía una breve pausa a un ritmo de exigencia absoluta. En ese contexto, River dio vuelta la historia mediante un derechazo de Sebastián Driussi. La ventaja duró poco porque Alexander Barboza, cuyo pase le pertenece al Más Grande, logró el 2-2 a través de un cabezazo. Maidana lo perdió y sufrió al central surgido de Núñez.

Augusto Batalla se lució en un cabezazo de Luis Jerez Silva y del otro lado el arquero Gabriel Arias le negó el grito a Andrade. Es decir que ambos equipos tuvieron la chance de irse al descanso en ventaja. Ninguno de los dos tuvo éxito. Al conjunto de Marcelo Gallardo le vino mejor el entretiempo para revisar varias falencias, teniendo en cuenta que muchas veces era anticipado en las segundas pelotas y tampoco ofrecía garantías en diversas zonas. Una muestra de ello es que Jorge Moreira padeció problemas toda la noche.

Sin embargo, River mejoró en la segunda parte. A excepción de una chilena apenas desviada de Barboza, sostuvo un dominio. Logró instalarse definitivamente en campo local. Lucas Alario no pudo gritar por tercer partido al hilo, pero supo generar riesgo constante. Ignacio Fernández pudo manejar la pelota con mayor comodidad, mientras que Milton Casco se proyectó siempre bien. El crecimiento encontró recompensa cuando Driussi nuevamente desniveló al capturar un balón perdido.

Lamentablemente, River no pudo bajar los decibeles del desarrollo. Porque si bien es cierto que asumió el protagonismo mencionado en el complemento, Defensa y Justicia de ninguna manera disminuyó su intensidad. Consciente de que el Millonario venía de un enorme despliegue el jueves pasado ante Arsenal, buscó lastimarlo por cansancio. Logró su objetivo porque alcanzó en empate a través de otro ex-River: el ingresado Andrés Ríos.

El Halcón fue por más, acorraló al equipo del Muñeco a puro tiro de esquina, aprovechándose de su dificultad para capturar los segundos balones y de la absurda expulsión de Gonzalo Martínez por un codazo. Aunque tampoco le alcanzó al dueño de casa para ganar, entonces un partido de ritmo vertiginoso finalizó 3-3. El tiempo determinará si River sumó un punto o dejó escapar dos. Es que pese a la diferencia gigante entre ambos clubes, este Defensa de Ariel Holan realmente es un adversario que juega a un fútbol complejo.

+ GALLARDO: “Respondimos bien física y futbolísticamente”,

+ GOLES: Las emociones en Varela.

+ DRIUSSI: “Nos vamos con sabor amargo”.

+ FOTOS: Las imágenes del partido.

+ POSICIONES: Así está la tabla.