Con un golazo de taco hecho por Kaprof, el Millonario venció 1-0 al Sevilla en el duelo entre los dos ganadores continentales y se quedó con la Supercopa Euroamericana.
El trofeo no tiene valor oficial, al menos hoy por hoy, aunque tal vez sí en un futuro cercano. Tampoco contó con la mayor parte de los titulares en ambos equipos, sobre todo del lado de River, producto de las lesiones y convocatorias. Sin embargo, sirvió para que El Más Grande ratificara que es el campeón más poderoso frente a un adversario importante del Viejo Continente en la última década.
Pese a que la etapa inicial fue sumamente equilibrada, como consecuencia de las imprecisiones y la fricción en el medio campo, River creció bastante en el complemento. Gracias a los cambios, cuyos aportes fueron decisivos en el gol, el conjunto que dirige Marcelo Gallardo torció el rumbo para ejercer un claro dominio sobre un Sevilla que físicamente no pudo hacerle frente. Es que tanto los defensores como los volantes supieron anticiparse y darle un destino seguro a la pelota.
Independientemente de dicha superioridad, parecía que el partido iba a desencadenar en la definición por penales. Los postes le negaron en dos oportunidades el grito al Millonario, poniéndole cierta cuota de suspenso al desarrollo. Como si fuera poco, los integrantes del fondo visitante supieron cruzarse a tiempo en varios remates desde afuera hasta que un centro preciso de Rodrigo Mora halló a Juan Cruz Kaprof, que resolvió de taco para el 1-0. El banco, clave para desnivelar el asunto.
¿Qué dejó el balance futbolístico? Si bien la Supercopa Euroamericana carece de validez oficial hasta ahora, a River le permitió otorgarle rodaje a varios juveniles y sostener el cero otra vez a Julio Chiarini. Desde el autor del gol, quien seguramente sumó puntos en la consideración del Muñeco, hasta un Leandro Vega muy sólido en su labor. Pero más allá de las actuaciones, al Más Grande le sirvió el triunfo para ratificar que es el campeón más poderoso, incluso ante un rival europeo.