(Formosa – Enviado especial) El Más Grande aprovechó una ráfaga durante el principio del segundo tiempo para doblegar a Villa Dálmine e imponers 3-1 en Formosa para clasificarse a los octavos de final del trofeo local. De esa manera, batió el récord de triunfos consecutivos en el fútbol argentino por un mismo torneo del profesionalismo.

Arrasa. Nada ni nadie lo detiene. River aplasta a sus rivales en la Copa Argentina. No sólo a quienes pertenecen a una categoría inferior, sino también a aquellos que forman parte de la misma divisional. Esta vez el resultado mostró la diferencia de jerarquía porque al Más Grande le costó bastante ser superior a un Villa Dálmine tan combativo como listo para exprimir al máximo posible sus virtudes ofensivas. La capacidad individual fue clave porque mientras Franco Armani evitó la apertura del marcador, el arquero Juan Ignacio Dobboletta le cometió el penal a Ignacio Scocco para que Gonzalo Martínez pusiera en ventaja al Millonario. Luego un inicio demoledor en la segunda parte sirvió para liquidar la historia mucho antes de que llegara el final del encuentro.

River ganó 3-1 porque posee una enorme jerarquía colectiva e individual. Resuelve lo difícil, logra golpear pronto -fundamental para no pasar penurias posteriormente- y, cuando el adversario le otorga algunos espacios, lastima. Sin embargo, es justo mencionar que el conjunto que dirige Marcelo Gallardo sufrió en el comienzo, desnivel órdenes y después supo dar batalla en cada sector del campo. Todos se brindaron, hubo un compromiso gigante porque hasta el Pity colaboró con el retroceso y puso pierna fuerte en las pelotas divididas. Un ejemplo de que existe un objetivo en común sin divismos ni esfuerzos dosificados. Por eso, aunque el oponente proponga fricción, no tiene éxito porque quienes utilizan el manto sagrado también están dispuestos a replicar ese aspecto.

Tras un primer tiempo complicado, más allá del 1-0 parcial, River simplificó todo en un lapso de ocho minutos. Primero fue Ignacio Fernández quien definió mano a mano luego de una asistencia excelente de Lucas Pratto. Más tarde el propio delantero marcó un golazo al rematar de puntín para poner la pelota en el ángulo superior izquierdo. Ahí concluyó todo de manera anticipada porque el Millonario siempre estuvo cerca del cuarto tanto. Hizo circular el balón y se lució por momentos, pero sufrió el descuento porque exhibió serios problemas para defender cada acción proveniente de un tiro de esquina: Marcos Martinich achicó la distancia en el marcador.

Pese al déficit a solucionar con urgencia, River festejó en Formosa, se clasificó a octavos de final en la Copa Argentina, batió el récord de triunfos consecutivos (14 victorias) por una misma competencia del fútbol argentino en la era del profesionalismo y ahora piensa en Racing. El jueves 9 de agosto será la cita en Avellaneda, por el encuentro de ida correspondiente a los octavos de la Libertadores. Gracias a una racha de 19 presentaciones oficiales sin caer y una pretemporada muy buena tanto por los resultados como por el funcionamiento y la ausencia de lesionados, El Más Grande llegará en alza para visitar el Cilindro.

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