El próximo domingo desde las 17 horas River visitará a Boca por la fecha 18 de la Liga Profesional con la clara misión de sumar de a tres para prenderse definitivamente en la lucha por el título en la recta final del torneo. Se sabe que el superclásico es especial, a lo largo de su historia marcó a jugadores tanto para bien como para mal y en La Página Millonaria decidimos homenajear a aquellos héroes que se lucieron en la Bombonera y quedaron en el recuerdo del hincha.
En esta oportunidad el recuerdo es para Ricardo Rojas, un lateral por izquierda nacido en Misiones que representó a la Selección de Paraguay y que estuvo durante cinco años ininterrumpidos en River. Sus inicios fueron en Cerro Coará de Paraguay, luego pasó a Libertad, en 1995 arribó a Estudiantes de La Plata donde estuvo hasta 1998, en ese año jugó el Mundial de Francia y además dio el salto a Europa, donde jugó en Benfica.
Ya en 2001 llegó a River para pelear por un puesto en una posición en la que el hincha tenía los grandes recuerdos que había dejado Juan Pablo Sorín y Diego Placente. En Núñez permaneció hasta el 2006 cuando pasó a Belgrano para ponerle punto final a una carrera en la que ganó tres títulos, todos ellos con River.
Su superclásico memorable
El 10 de marzo de 2002 River visitó a Boca en la Bombonera por la sexta jornada del Clausura. Por ese entonces la parcialidad visitante podía ir y de hecho Boca le daba a River las dos bandejas superiores, por lo que la fiesta riverplatense fue extraordinaria. El partido comenzó favorable para el equipo de Ramón que a los 26 minutos del primer tiempo se puso en ventaja con un tanto del Cuchu Cambiasso. Quince minutos más tarde estiró la ventaja el Chacho Coudet.
El tremendo recibimiento en la Bombonera. (Foto: LPM).
El momento consagratorio para Ricardo Rojas recién llegó sobre el final del partido. Fernando Cavenaghi, dejando la vida como siempre, fue a disputar una pelota como si fuese lateral por izquierda, tras un rebote la misma le quedó a Ricardo Rojas que comenzó a correr casi en el área propia y tras esquivar una patada de atrás siguió corriendo, cuando pasó la mitad de la cancha tocó para D’Alessandro que abrió con Ortega –todo esto mientras Rojas iba a posición de 9- y el Burro con su magia descargó para Rojas.
Tras limpiar a su marcador quedó frente al arquero pero afuera del área y de derecha decidió tirarla por encima de Abbondanzieri que nada pudo hacer ante semejante definición. Sus compañeros lo fueron a abrazar pero ni él mismo podía creer lo que acababa de hacer, un tremendo golazo que quedará en la historia. Aquella tarde River ganó 3 a 0 y luego se consagraría campeón del Clausura.