Anoche me fui a dormir con una sensación rara. No era enojo, y no estoy segura de que haya sido del todo tristeza. Me subí al auto y volví a mi casa con un sentimiento que no tenía hace unos cuántos años, cuando cursaba el secundario. Era una mezcla entre bronca y querer pararme a pelear. Era decirme a mí misma, por dentro: ‘pará un cachito, que todavía no terminó’, ‘pará, que todavía estamos acá, no pensamos irnos a ningún lado’.

Estaba en rebeldía. Y creo que debería ser el sentimiento generalizado de todos los hinchas porque si no es en estos momentos, ¿cuándo es?

Si no nos vamos a parar a bancar lo que venga siendo conscientes de que hay una posibilidad positiva y una negativa, pero aún con la certeza de que la batalla la vamos a dar hasta el final; si no vamos a estar todos juntos el jueves alentando como siempre en la cancha, frente al tele, por radio, por internet, por donde quieran; si nos vamos a bajar ahora de este barco que comanda Napoleón, entonces no somos River.

Hay que agarrarse de eso para seguir. No, todavía no terminó. No, no me pienso resignar. No, no me voy a quedar en esa posición cómoda del ‘ya fue’, casi cual capricho de infante. No, no quiero.

Somos rebeldes porque queremos jugar los noventa minutos que faltan, porque no abandonamos, porque nos plantamos. Porque aun sabiendo que las cosas pueden salir como no esperamos, vamos a estar ahí igual. Dale, River, que el que abandona no tiene premio.

No me estoy mintiendo, no me quiero autoconvencer, sé que puede pasar lo peor. Sé que podemos perder, lo sabemos todos. Lo pensamos. Hay que decirlo, sí, existe esa posibilidad. Pero prefiero ver el vaso medio lleno y prefiero, siempre, dar pelea.

No me voy a resignar, no voy a decir ‘ya está’, porque no lo siento así y, además, porque no quiero. Nadie quiere, ésa es la rebeldía.

No, no te vamos a dar el gusto. Quedan noventa minutos. Queda el Monumental lleno, alentando, bancando, ilusionándonos con que la cosa puede cambiar. Hay que confiar, ¿y cómo no voy a confiar en Gallardo? Si siempre que las papas ardieron, el tipo se enfrió y se acomodó.

Las bajas, las idas, los lesionados, los doping, lo que quieran. El tipo se plantó y se rearmó, parece un cubo mágico.

“Hay que apelar a la rebeldía, a la posibilidad de tocar las fibras más íntimas (…) de sí creer que nosotros como equipo podemos dar vuelta esta serie”, declaró Marcelo Gallardo, anoche, terminado el partido. No se lavó las manos, no puso excusas. Ni la altura, ni el estado del campo de juego, nada. Todo eso pasó a ser secundario frente al resultado que sorprendió a todos. Pero el tipo se cargó la situación al hombro y lo tomó como el desafío más importante de su carrera desde que es el DT de River. No se asustó. Si no confiamos en él, qué nos queda.

No quiero llorar más a los que no están, o insultarlos porque se fueron, y porque justo ahora y porque no sé qué. ¿Qué me importa? Si no están. Estamos parados acá, ahora, miremos el hoy. Veamos cómo se puede revertir con lo que tenemos.

‘Bingo fuel’, era una expresión que se usaba en la Segunda Guerra Mundial cuando en pleno vuelo los pilotos se quedaban sin combustible. Algo parecido a ‘sigamos adelante con lo que tenemos’. Dale, River.

No sé si escribo para mí, para ustedes. No sé si escribo como la mina que lo hace para La Página Millonaria o escribo como hincha. Esa hincha que te sigue, River, y que va a cada partido a alentarte a tu casa. Esa hincha que se despierta a las siete de la mañana de un jueves y piensa ‘hoy hay Copa Libertadores’, y se pasa el día contando los minutos hasta que llegue la hora del partido. Esa hincha que prepara la ceremonia previa al partido con toda dedicación, que se pone la camiseta de siempre y se mira al espejo acomodándose como si se fuera a casar y sale de su casa para ir a verlo al mismo lugar de siempre.

Pero escribo porque voy a estar ahí. En las buenas, en las malas, pero voy a estar ahí. Igual que ustedes. Vamos todos unidos, vamos, no nos quedemos.

+ ¡TODOS UNIDOS!: El próximo jueves hay que colmar el Monumental.

+ ENTRADAS: Se agotaron las populares y las plateas. Sólo quedan tickets de Hospitality.

+ HACER HISTORIA: River deberá lograr algo que nunca logró en su historia copera.