Ni la vuelta de D’Alessandro salvó a un River desconocido en el primer tiempo, que padeció sus propias falencias en el Kempes y ni con dos descuentos pudo evitar dejar tres puntos valiosos en Córdoba. A mejorar, que el jueves hay que ganar.
No fue la noche de River. El Millonario jugó muy mal y ni el regreso de Andrés D’Alessandro lo salvó de la primera derrota oficial en 2016, a manos de Belgrano, en el Mario Alberto Kempes.
Ya de entrada se presentaron dificultades, con dos remates -uno de cabeza, otro con un derechazo- en el borde del área chica que Marcelo Barovero sacó de manera magistral.
Aunque Trapito tampoco pudo evitar la primera caída del arco, a los 13 minutos, con un bombazo de afuera del área. Encima, antes de la media hora, Márquez amplió la ventaja y profundizó el bajón de La Banda.
Sin embargo, dos minutos después del 0-2, Nicolás Domingo hizo pasar de largo a un rival y, con un derechazo tremendo, estampó el descuento, que le dio vida y pareció resucitar al Más Grande.
Pero en un primer tiempo que fue una pesadilla en materia defensiva, Belgrano se aprovechó de las falencias en la última jugada y con un contraataque letal volvió a estirar la diferencia.
El complemento encontró a un River, comandado por el Cabezón, que fue pura intención, pero sin ideas, o al menos sin llevarlas a cabo. Más por obligación que por eficacia, el Millonario trató de descontar.
Y lo consiguió gracias a Iván Alonso, minutos antes puesto en cancha por el Muñeco en reemplazo de Lucas Alario. El uruguayo comenzó a pagar con goles la confianza de Gallardo y, con un cabezazo tremendo, le dio vida al Más Grande.
Así como la goleada contra Quilmes no podía relajar a River, esta derrota no significa una crisis. Pero sí es un llamado de atención: en un torneo corto, el Millonario debe mejorar de inmediato. El jueves hay que ganar.