River mete presión en la tabla de posiciones. La misma intensidad que tiene en el campo de juego la pone para estar luchando en tres frentes al mismo tiempo. Es que nuevamente quedó como líder de la Superliga gracias al 2-1 sobre Aldosivi. Logró equiparar la línea de Argentinos Juniors (24 puntos) y alimenta su ilusión tanto en el ámbito del torneo local como en la Libertadores y la Copa Argentina.

Aunque la distancia en la tabla es de 16 puntos, River no tuvo un partido fácil ni accesible ante Aldosivi. Al contrario, le resultó incómodo, especialmente en el primer tiempo. La pelota voló de un lado a otro y las interrupciones de todo tipo -infracciones, choques de cabezas, jugadores caídos- no colaboraron en lo más mínimo.

Sin embargo, hubo un factor clave: la precisión en los últimos metros. Dos acciones hicieron la diferencia: la jugada colectiva que permitió la asistencia de Matías Suárez a Nicolás De La Cruz y el pase gol del uruguayo a Rafael Borré. Ambas muestras de jerarquía simplificaron la tarea para conseguir las tres unidades en la fría noche de Mar del Plata.

La ausencia de Enzo Pérez se notó a la hora de darle una salida clara al equipo. Es por eso que una parte de la solución fue apelar a la precisa pegada en largo de Lucas Martínez Quarta para saltear líneas y poner mano a mano a los delanteros, sabiendo que Aldosivi jugaba al límite del offside. La estrategia generó riesgo, pero no sirvió para lastimar y eso le dio vida al local.

El descuento de Aldosivi, ayudado por la mala marca colectiva e individual de River ese ataque puntual, le dio suspenso al cierre del partido. Algunas faltas permitieron que el conjunto marplatense lograra acercarse, pero generalmente rechazó la defensa para alcanzar esa victoria tan deseada.