La segunda parte de Javier Saviola en River estuvo lejos de ser parecida a la primera. No sólo porque perdió la explosión lógica que tenía en su juventud, sino también por un contexto donde nunca pudo consolidarse entre los once iniciales de un equipo asentado y con algunas pruebas eventuales de Marcelo Gallardo para encontrar variantes a futuro. Ni siquiera se le dio el gol, su carta de presentación cuando debutó oficialmente en Primera División.

"Fue un privilegio para mí volver y encontrarme con la clase de jugadores que me encontré. Primero la clase humana como Piscu, Mercado, Alario, mismo Marcelo. Quizá no fue el retiro que yo hubiera esperado, pero hubo cosas importantes, como encontrar un grupo enorme de buenas personas", valoró el Conejo, en diálogo con Goal.

Más allá de la tristeza por no haber estado a la altura de sus expectativas, Saviola hizo un balance positivo: "Sería un desagradecido si dijera que hay algo que no fue lo que esperaba en mi carrera. Cuando me preguntan por el paso por River, lo divido en dos partes: la primera parte y lo que manifesté siempre, por otra: que yo quería retirarme en River.  Quizá la gente esperaba otra cosa, que yo fuera el de los primeros momentos".

El delantero de gran recorrido en Europa se quedó con los gratos momentos que experimentó en el segundo semestre de 2015. "Pude salir con mis hijos al Monumental. Entré a un equipo con mucho prestigio y humildad. He vuelto para ganar la Copa Libertadores, quizá sin tener lo que yo hubiera sentido dentro de un equipo, pero sí desde otro lado. No sólo se basa en cómo uno termina, sino en lo que ha vivido. Por eso no tengo ningún sentimiento malo hacia mi vuelta a River, estoy agradecido. Me retiré en el club donde quería retirarme", manifestó.

Autor de una cantidad enorme de más de 200 goles entre diferentes competencias como profesional, Saviola se quedó con el primero de todos, el 18 de octubre de 1998: "Siempre voy a elegir el primero, allá en Jujuy, con la camiseta de River. Ahí empezó todo, con ese gol a Gimnasia, con la valentía de Ramón Díaz. Mis amigos o familiares, en algún asado, comida, a veces me preguntan qué se siente que 50 mil tipos griten un gol tuyo, lo pienso y me emociono. No hay nada igual".