A ningún jugador le gusta salir y menos en los partidos importantes. En el Arena da Baixada Marcelo Gallardo decidió sacar a De La Cruz y poner en su lugar a Jorge Carrascal –que desde su ingreso cambió el partido- y al salir el uruguayo no tuvo la mejor actitud. El Muñeco lo quiso saludar, pero DLC siguió de largo y cuando Matías Biscay le reprochó el gesto, lo agarró y nuevamente el volante se continuó su camino sin siquiera mirar al ayudante de campo. Una vez finalizado el encuentro el uruguayo se disculpó tanto con el plantel como con los integrantes del cuerpo técnico.
“El objetivo era pasar de fase cueste lo que cueste, nos costó mucho, fue una frase muy sufrida, pero pudimos pasar que era lo que queríamos”.
Gallardo entendió la situación, aceptó las disculpas y contó con De La Cruz para el duelo ante Rosario Central por la Copa Diego Maradona y también lo hizo para el partido de revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores ante Atlético Paranaense. El uruguayo –al igual que River en general- no tuvo un gran partido, pero sí fue agresivo cuando pudo y contó con algunas oportunidades claras de gol. El cual encontró luego de estrellar un penal en el palo que luego de rebotar en el arquero visitante quedó nuevamente en sus pies y de esta manera estableció el 1 a 0 final.
Luego de convertir de acercó al banco de suplentes y celebró el gol con Marcelo Gallardo y Matías Biscay, mostrando su arrepentimiento por lo sucedido una semana antes en Curitiba. El Muñeco lo abrazó y el ayudante de campo le estrelló la mano, dejando atrás el episodio desafortunado. Una vez finalizado el encuentro, el uruguayo dijo: “El objetivo era pasar de fase cueste lo que cueste, nos costó mucho, fue una frase muy sufrida, pero pudimos pasar que era lo que queríamos”.