La Conmebol pasó casi dos días debatiendo hasta que finalmente dio a conocer el castigo que se le aplicará a Boca. El adversario de River en octavos recibió una pena que se condice con las advertencias realizadas. ¿Se sacaron el problema de encima?
Lo del jueves no puede pasar. La situación fue insostenible e indefendible. El mundo entero repudió la actitud de Boca, que quedó en el ojo de la tormenta y durante dos días se especuló con varios castigos severos, que finalmente fueron mucho más duros de lo que resolvió la Confederación Sudamericana de Fútbol.
El punto más sensato del fallo de la Conmebol fue la descalificación de Boca. La falta de solidaridad del equipo rival para con los jugadores del Más Grande hizo que insistieran con jugar los 45 minutos restantes, cuando quedó bien claro que fueron ellos quienes hicieron lo posible por no continuar el encuentro.
Pero Angelici y compañía lograron lo que querían: podrán jugar la Copa del año que viene -si clasifican o los hacen clasificar, como en 2015- y apenas pasarán un puñado de encuentros internacionales a puertas cerradas. La Conmebol decidió que Boca juegue sus próximos cuatro compromisos en la Bombonera sin gente y la misma cantidad de encuentros sin hinchas como visitantes.
Y esto tiene un antecedente. En 2005, Adolfo Bautista, delantero de Chivas, fue golpeado por un hincha de Boca, mientras que también recibió un escupitajo de parte de Jorge Benítez, el entrenador local. ¿La sanción? Tres fechas para el club y cuatro para el técnico. Casi irrisorio.
Resulta cuanto menos extraña la tibieza de la Conmebol, que no tuvo problemas en sancionar con dureza a Gabriel Mercado -tres fechas por ser expulsado ante Tigres- y Marcelo Gallardo -suspendido dos jornadas en la fase de grupos-. El lateral recibió casi la misma pena por una tarjeta roja que el estadio de Boca por agredir a los futbolistas de River. Insólito.
En una época en la que más de un protagonista miente bajo la bandera de la “no violencia”, la Conmebol demostró que el negocio puede más y que los culpables pueden quedar casi impunes. Un antecedente peligroso para los próximos problemas que puedan suceder en el torneo que debería ser un ejemplo para todo el continente.



