Martín Aguirre no tuvo un paso inadvertido por River, si bien fueron 48 partidos y un puñado de goles, el Gula logró meterse en el corazón del hincha a base de esfuerzo, sacrificio y la perseverancia para nunca bajar los brazos pese a las lesiones que lamentablemente fueron las protagonistas del cierre de su carrera. El Gula habló de todo con el Podcast de La Página Millonaria: el motivo de su apodo, el liderazgo de Marcelo Gallardo, el trabajo de Sandra Rossi y la felicidad por haber podido terminar su carrera dentro de la cancha.
-¿Cómo nace el apodo Gula?
-Me lo puso un amigo de cuando jugaba en Bella Vista en Bahía Blanca, yo jugaba en una categoría más grande, yo soy 81 pero jugaba para la 80, y todos habían dado el estirón y yo no, y por aquella época en Videomatch había un personaje que se llamaba Gula Gula, que usaba las manos como pies y de ahí quedó el Gula y ahí fue el sobrenombre que me quedó hasta el día de hoy.
-Estuviste varios meses parado por diversas lesiones, ¿sentiste el acompañamiento de los hinchas, tus compañeros y el cuerpo técnico?
-Sí, totalmente. Siempre voy a estar agradecido a Matías Almeyda, Ramón Díaz y también a Gallardo. En todos los grupos el acompañamiento del plantel siempre fue incondicional, siempre estuvo la parte humana y el amor de mis compañeros. Es más el día de mi última operación me despierto de la anestesia, salgo del quirófano y al lado de la cama estaban Gallardo, Buján, Biscay, el profe y Tato Montes. Yo no entendía nada y ellos habían ido desde el Monumental hasta la clínica a esperarme. A los diez minutos llegó todo el plantel en una combi, no me lo olvido más, me hicieron un cartel con muchos mensajes de apoyo.
-¿Cuán importante fue haber podido terminar tu carrera jugando tras tantas lesiones?
-Dos cosas quiero decir sobre eso. Primero, para destacar también lo que es Marcelo como líder, la pretemporada anterior a ese final de temporada fuimos a Uruguay, creo que fue en Punta del Este y había un recital de Skay que era muy íntimo y podíamos ir muy poquitos y él fue a la habitación a buscar para preguntarme si yo quería ir al recital, y en eso destaco su parte humana porque él sabía que en su funcionamiento de equipo yo no tenía mucho para aportar, si hubiese querido potenciar a alguien que podía aportarle algo a futuro lo hubiese ido a buscar y sin embargo me vino a buscar a mí y a Pablito Aimar, que estábamos los dos rengos, esos gestos son muy valorables. Y segundo, en ese último partido contra Liniers ni Pablo ni yo estábamos para jugar, fue más un mimo a la dedicación que le habíamos puesto, era el último partido de la temporada y él nos convocó para que nos podamos despedir en la cancha, haber terminado al menos 25 minutos dentro del campo y es gracias a lo que es Marcelo como líder.
-¿Considerás que los gestos que tiene Gallardo hacia el grupo es la clave del éxito de su ciclo?
-Sí, yo creo que es una parte importante. La parte humana es un 60%, después está la exigencia, la capacidad, el liderazgo y Gallardo tiene todo. Es la clave de siempre conformar grupos humanos, la base de líderes acompañarlos con buenas personas. Se conformaron grupos tan unidos y homogéneos y lograron cosas impensadas y los objetivos no vienen solos, se trabaja. Una parte sumamente importante es el que hace Sandra Rossi, es una manera de entrenar el cerebro y que Marcelo la haya puesto como parte de su staff le da mucha importancia y dio su fruto.