Marcelo Daniel Gallardo asumió como director técnico de River en junio de 2014 y desde entonces pasaron siete años llenos de gloria. Sus pergaminos se miden en títulos –nada más y nada menos que doce- pero también en un estilo y dejará un legado difícil de igualar. El cariño de los hinchas es impresionante y el agradecimiento al trabajo bien hecho se pudo observar a lo largo de los años con ovaciones monumentales cada vez que el Muñeco salía a la cancha. El lugar en el mundo de Napoleón es River y él lo sabe, pero también en un futuro tendrá deseos de emigrar a otras ligas y también a la Selección Argentina.



“Me podría quedar a vivir en River, pero sin sentirlo y sin mi esencia puesta a full, no podría. Por eso muchas veces pedí tiempo para pensarlo y renovarme”, aseguró sin dudar Marcelo Gallardo
en diálogo con ESPN respecto a los balances que realiza una vez que finaliza cada años y luego contó que rechazó ofertas de clubes importantes por el compromiso que tiene con el Más Grande: “ He tenido ofertas en estos años de clubes de Europa. Aunque me despierta interés y quiera el día de mañana esa experiencia, me sentí siempre en la necesidad de dar todo y enfocarme en River hasta el último día de mi contrato”.

Los líderes positivos

El Muñeco se refirió al período de adaptación que necesitan los jugadores cuando recién llegan a Núñez y la importancia de tener a líderes como Leo Ponzio, Javier Pinola, Jonatan Maidana y Enzo Pérez: “Hay jugadores que tienen un proceso más lento, no todos son iguales. Yo trato de que el jugador que llegó se vaya mejor de lo que vino y cuando no lo logro siento que es mi responsabilidad. Por eso puse como ejemplo a Leo que es la bandera del club. O Joni Maidana, Pinola, Enzo para mí es un placer verlos entrenar. Son líderes y ellos no necesitan levantar la voz, jamás escuché a Ponzio que le grite a alguien. Pero algunos no les he llegado como a otros”.

El Muñeco se abraza a Enzo Pérez en la noche histórica ante Santa Fe. (Foto: Getty).

El Muñeco se abraza a Enzo Pérez en la noche histórica ante Santa Fe. (Foto: Getty).

El respeto a la intimidad del plantel

No me meto en el vestuario, solo cuando lo creo necesario. Casi nunca entro al vestuario, solo en algunos momentos que lo necesitás. Suelo también tomarme un poquito más de tiempo para decirme ‘no entres’ o ‘no vayas’. En caliente uno suele decir cosas que después se arrepienten y eso lo aprendí. Cuando llegué a River el mensaje para los jugadores fue claro, las formas, lo que necesitábamos transmitir: ‘Acá no se pueden conformar’ les dije. Había que despertar un monstruo que estaba en pleno renacimiento. Había que darle para adelante”, sentenció Marcelo Daniel Gallardo.