Más allá de la increíble fiesta en el primer aniversario por el histórico triunfo del 9 de diciembre de 2018 sobre Boca para ganar la Copa Libertadores, River tuvo una noche negativa en lo estrictamente futbolístico. No le salió nada bien en los momentos determinantes e insólitamente perdió 1-0 frente a San Lorenzo, de planteo ultraconservador.

River intentó por todas las vías posibles. Pero falló una y otra vez. Chocó contra diversos obstáculos por virtudes ajenas y errores propios. El gol de Adolfo Gaich, a los 15 minutos del primer tiempo, marcó la diferencia de un partido que al Millonario le representa una caída dura en su lucha por la Superliga, debido a que no pudo quedar como líder ni tampoco acercarse a Boca, Lanús y Argentinos Juniors, que este lunes recibirá a Estudiantes de La Plata.

La bronca de Quintero después de fallar el penal.

La bronca de Quintero después de fallar el penal.

Los penales y Sebastián Torrico fueron las razones principales para explicar el traspié. El arquero experimentado le tapó el remate desde los doce pasos a Rafael Borré. Luego Juan Fernando Quintero desaprovechó el suyo, con un tiro que se estrelló con el poste izquierdo. Además de los colombianos, los Lucas tampoco pudieron sacarle rédito a sus posibilidades. Pratto y Martínez Quarta no lograron el empate debajo del arco. Para colmo, los cambios se desdibujaron por las expulsiones de Exequiel Palacios y Nicolás De La Cruz.

No sólo hubo impericia en el último toque, sino también en la gestación. River no pudo desarmar al fondo rival, excepto en los penales de Andrés Herrera sobre Milton Casco y De La Cruz. Faltó desequilibrio individual. Tampoco sirvió la pelota parada a favor ni hubo desequilibrio individual para romper la resistencia del 5-3-2 visitante. Así de escapó una chance fundamental para terminar el 2019 en la punta o al menos muy cerca de ella.