La goleada de River ante Gimnasia en el Monumental sirvió simplemente como una excusa para que los hinchas del Más Grande se junten en casa y armen una previa superclásica a puro delirio y carnaval. El estadio lleno, con 72 mil asistentes, vibró al compás del equipo del Muñeco, pero la cabeza y el corazón estaban puestos en el próximo domingo. Así lo hicieron saber con cada cántico que bajó desde las cuatro tribunas.

Los fanáticos del Millo comenzaron a palpitar el encuentro ante el eterno rival desde muy temprano. “Ay che bostero, mirá que distintos somos...” fue uno de los primeros hits tribuneros que estalló en el Monumental antes de la salida de los equipos al campo de juego. El clima fue creciendo minuto a minuto y el foco estuvo casi siempre en el eterno rival, más allá del aliento habitual hacia el equipo.

Una vez consumado el penal de Juan Fernando Quintero y el tercer tanto de River, el Monumental se vistió de superclásico al 100% y no existó nada más. Ahí fue cuando el repertorio de canciones contra el club de la Ribera levantó a todo el estadio, incluyendo a los que estaban en las plateas.”Que el domingo cueste lo que cueste, que el domingo tenemos que ganar” se gritó como un gol. Ensordecedor.

El cierre del repertorio llegó de la mano del “¿Qué pasó con Boca?” y “Sólo le pido a Dios”, dos himnos tribuneros que no pueden faltar en la antesala de un derby contra ellos. La fiesta fue completa, con fútbol, goleada y una hinchada que ya comenzó a jugar el superclásico como una final.