La fidelidad y el acompañamiento del hincha de River en este 2022 es realmente admirable. Pese a las dificultades económicas que atraviesa nuestro país, los fanáticos agotaron las entradas en todos los partidos en los que el equipo de Marcelo Gallardo jugó como local en lo que va del año. Los resultados lejos estuvieron de ser los ideales pero así y todo el apoyo es permanente.
El pasado miércoles River recibió a Estudiantes a partir de las 21.30 horas –un horario poco ameno para el trabajador promedio- y el Monumental volvió a lucir repleto. Fueron 70 mil los hinchas que coparon los cuatro costados y apoyaron al equipo, afortunadamente la vuelta a casa fue con una sonrisa en la cara: el equipo jugó bien, goleó por 5 a 0 y quedó muy bien parado de cara a la clasificación a la Copa Libertadores 2023.
Pero además el Monumental fue una especie de cabildo abierto ya que hubo una tremenda ovación para Marcelo Gallardo y también fue reprobado con silbidos Benjamín Rollheiser, que enfrentó a River con la camiseta de Estudiantes de La Plata y tuvo un partido más que discreto.
El pedido al Muñeco
Ya desde que la voz del estadio nombró a Gallardo en la previa del partido, la ovación fue absoluta y desde todos los rincones de la cancha bajó el clásico grito de “Muñeeeco, Muñeeeco”. Cuando salió al campo de juego nuevamente hubo una ovación y en esa oportunidad fue acompañada por un pedido: “Gallardo es de River, de River no se va”. Una clara muestra del deseo de los hinchas y es que el Muñeco siga en River para el año que viene.
Reprobación a Rollheiser
No caben dudas que los hinchas tienen derecho a manifestarse de la manera que consideren, siempre y cuando no haya ni discriminación ni violencia. Cuando la voz del estadio nombró a Rollheiser cayeron los primeros silbidos desde las tribunas. Cada vez que tocó la pelota, también fue reprobado con silbidos y de la misma manera cuando fue reemplazado.
Cabe destacar que antes del comienzo del partido, Rollhesier fue a saludar a Gallardo y se notó un frío acercamiento. El motivo de la reprobación para con el ex River es por la manera en la que salió: tras decidir no renovar e irse libre, el jugador estuvo –junto a Angileri- entrenándose separado del plantel por seis meses y eso se notó en su llegada a Estudiantes, ya que desde su arribo jamás logró destacarse.