El club más grande del país está de fiesta. River cumple 120 años y un club que surgió en el humilde barrio de La Boca se convirtió en un gigante del Mundo. Pero a lo largo de la historia hubo determinados acontecimientos que fueron una bisagra para que River sea cada vez más grande. La Página Millonaria seleccionó apenas cinco, pero a lo largo de todos estos años hubo infinidad de momentos de plena felicidad desde cuestiones tan simples como compartir una tarde en el Monumental con amigos o consagrarse campeón del mundo. El común denominador de la felicidad es que River esté presente, ya con eso alcanza y sobra.

1. Inauguración del Monumental

El Monumental en plena construcción. (Foto: Prensa River).

El Monumental en plena construcción. (Foto: Prensa River).

Desde su surgimiento hasta 1938 River tuvo varios estadios y hasta incluso hizo de local en la cancha de Ferro. Comenzó jugando en la Dársena Sur Este, luego pasó a la Dársena Sur Oeste, años más tarde se mudó a Sarandí para regresar a La Boca, barrio que abandonó en 1923 cuando se mudó a Recoleta –Alvear (actual Av. Libertador) y Tagle- pero desde 1938 se instaló en Núñez, barrio que mantiene hasta la actualidad.

La construcción fue faraónica y comenzó en 1936, finalizó dos años después y el 25 de mayo –en el aniversario número 37 del club- se hizo la inauguración oficial. Un día más tarde se jugó un partido ante la mirada de unos 68 mil espectadores contra Peñarol, que ganó River por 3 a 1. El Monumental se inauguró con tres de las cuatro tribunas, formando la histórica herradura, pero 20 años más tarde y tras la venta millonaria de Enrique Sívori se comenzó a construir la restante que actualmente lleva su nombre.

2. La Máquina

La década del 40 estuvo marcada por un equipo glorioso, que sentó las bases para que a River se le exija jugar bien, lo cual perdura hasta los días que corren. Ese equipo, con una delantera estelar conformada por Ángel Labruna, José Manuel Moreno, Juan Carlos Muñoz, Adolfo Pedernera y Felix Loustau, fue la que dejó un legado imposible de olvidar. Más allá de la obtención de 10 títulos oficiales a lo largo de la década, lo más importante que dejó La Máquina fue el legado del gusto por el buen fútbol. El famoso apodo surgió de Ricardo Lorenzo, popularmente conocido como Borocotó en la revista El Gráfico.

La historia marca que además de la delantera extraordinaria, se destacaba el equipo en general y a lo largo de esos años, en los que se ganó en cuatro oportunidades el Campeonato de Primera División, la Copa Aldao tres veces, la Copa Carlos Ibarguen dos veces y la Copa Adrián Escobar, también jugaron sus primeros partidos futbolistas de la talla de Amadeo Carrizo y Alfredo Di Stefano, quienes alcanzarían la gloria años más tarde.

3. Metropolitano de 1975

El Más Grande se había consagrado tricampeón del Campeonato de Primera División en 1957, el director técnico de aquella gesta fue el recordado José María Minella y desde entonces se produjo la racha sin consagraciones más larga de la historia del club. Fueron 18 años sin títulos.

Pero esa racha adversa se cortó en el Metropolitano de 1975. Ángel Labruna era el director técnico de un equipo plagado de figuras. Estaban Norberto Alonso, Ubaldo Fillol, Roberto Perfumo, Reinaldo Merlo y Oscar Mas, entre otros. La consagración se dio el 14 de agosto en el Estadio José Amalfitani y tuvo la particularidad que en ese momento se estaba desarrollando una huelga de jugadores y la decisión fue que jueguen los juveniles. River le ganó 1 a 0 a Argentinos Juniors con un gol de Rubén Norberto Bruno y así el Más Grande volvió a gritar campeón.

4. 1986, un año glorioso

El Beto quedó inmortalizado con su gol a Boca con la pelota naranja. (Foto: Prensa River).

El Beto quedó inmortalizado con su gol a Boca con la pelota naranja. (Foto: Prensa River).

Si hubo un año inolvidable en la rica historia de River fue 1986. Al equipo lo dirigía Héctor Veira y se destacaban figuras de la talla de Norberto Alonso, Nery Pumpido, Oscar Ruggeri, Juan Gilberto Funes y Antonio Alzamendi y de hecho en la primera mitad del año estuvo Enzo Francescoli. El uruguayo regresó años más tarde y mostraría su mejor versión, lo que lo convertiría en uno de los máximos ídolos.

El 6 de abril de 1986 se produjo un hecho histórico, River ya había salido campeón del Campeonato de Primera División 1985/86 y aquella tarde en la Bombonera dio la vuelta olímpica y le ganó al eterno rival por 2 a 0 con dos goles del Beto Alonso, uno de ellos con la pelota naranja. El 29 octubre el club ganó su primera Copa Libertadores tras vencer en la final al América de Cali con Funes como gran figura y el 14 de diciembre se consagró campeón de la Copa Intercontinental luego de superar al Steaua Bucarest por 1 a 0 con un gol del uruguayo Antonio Alzamendi.

5. La final de Madrid

El momento exacto del gol que cambió la historia para siempre. (Foto: Getty).

El momento exacto del gol que cambió la historia para siempre. (Foto: Getty).

La Copa Libertadores es el torneo más prestigioso de Sudamérica, todos quieren ganarlo y para algunos hasta es una obsesión. River es uno de los clubes más grandes del continente, siempre lo fue. Es respetado por sus rivales y en su historia ya había ganado las ediciones de 1986, 1996 y 2015. Pero ninguna consagración se podrá comparar nunca con la de 2018.

Nunca antes en la historia River y Boca se habían enfrentado en una final de Copa Libertadores hasta 2018. El partido de ida en la Bombonera –se postergó un día por un diluvio monumental- se disputó el 11 de noviembre y terminó 2 a 2, para el Millonario convirtieron Lucas Pratto y Carlos Izquierdoz en contra. La revancha debía jugarse el 24 del mismo mes en el Monumental, pero incidentes fuera del estadio obligaron a mudar la sede y se jugó en el mítico Estadio Santiago Bernabéu en Madrid con ambas parcialidades. El eterno rival comenzó ganando, pero Lucas Pratto lo igualó en el complemento y en el segundo tiempo del tiempo extra Juan Fernando Quintero y Gonzalo Martínez sellaron el triunfo más importante de la historia del club. River obtuvo su cuarta Copa Libertadores ante los ojos del mundo.