Leonardo Ponzio es historia viviente de River, es la bandera –junto a Jontan Maidana- del ciclo de Marcelo Gallardo. El León y Joni son los caudillos de una era gloriosa, levantaron dos Copa Libertadores, fueron determinantes para esta etapa exitosa y pese a que en la actualidad hayan perdido el puesto y que su aporte esté más en el vestuario que en el campo de juego, los hinchas siempre van a querer verlos –aunque sea un rato- con el Manto Sagrado. Ambos son líderes sumamente positivos que entienden dónde está su lugar en el plantel y pese a que ya no tengan la titularidad, ellos siguen entrenando para volver a ganarse un lugar y esa es una de las tantas razones que explican por qué son ídolos del club.

El último partido oficial de Leonardo Ponzio con el Manto Sagrado fue el pasado 16 de mayo ante Boca por los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional en la Bombonera, el famoso y recordado clásico que quedará en la historia por las 15 bajas que tuvo que sufrir River por un brote de Covid que generó que tenga que atajar el arquero suplente de la Reserva. Aquella tarde el León fue capitán y al día siguiente se conoció el resultado de su hisopado que dio positivo de Covid. Por ese motivo estuvo aislado por diez días hasta obtener el alta epidemiológica y una vez que el plantel volvió a los entrenamientos –antes de partir a Orlando- surgió que el santafesino tenía una miocarditis y debía permanecer en reposo.

El regreso a los concentrados

El pasado 9 de agosto Leonardo Ponzio se reincorporó a los entrenamientos, será su último semestre como futbolista profesional, ya que en diciembre le dirá adiós a una carrera plaga de éxito y quedará en la bandera de los ídolos de River. Pero la intención de todo futbolista es poder retirarse en la cancha y así sucederá ya que el Muñeco lo citó para el partido contra Independiente por la décima fecha de la Liga Profesional. El León fue al banco y pude haber ingresado ya que Enzo Fernández y Agustín Palavecino no tuvieron un buen desempeño, pero el Muñeco optó por poner a jugadores más ofensivos como recambio: Benjamín Rollheiser y José Paradela.