River logró traducir la supremacía sobre Patronato a través de su momento de mayor nitidez en el segundo tiempo. Una ráfaga fue letal para conseguir los tres puntos gracias al poder goleador de Rafael Borré, nuevo artillero máximo de la Superliga junto con el lateral izquierdo Bruno Pittón, de San Lorenzo. El colombiano supo aprovechar un desborde de Matías Suárez y un pase muy bueno de Nicolás De La Cruz para sentenciar el 2-0 frente al equipo entrerriano.

La principal diferencia estuvo en esa intensidad sin respiro de River para doblegar a un rival que soportó los avances iniciales hasta ejecutar su plan: envíos largos para saltear la presión del Millonario y bajar la pelota con el paraguayo Gabriel Ávalos o, en su defecto, capturar la segunda pelota. De lo contrario, asfixiaba el inicio del circuito que intentaron Enzo Pérez, Exequiel Palacios, De La Cruz e Ignacio Fernández.

El campeón de América le sacó jugo al descanso porque le permitió acomodar algunas ideas, recuperar piernas, volver a plasmar su intensidad y cambiar el costado de ataque porque luego de emplear la banda izquierda en la etapa inicial, buscó por el otro lado. Encontró un punto débil a la espalda de los laterales de Patronato y se vio reflejado en ambos tantos.

Marcelo Gallardo sostuvo su 4-1-3-2 ante un 4-4-2 de Patronato que ofreció solidez en varios pasajes hasta que se derrumbó como un castillo de cartas cuando River rompió el cero tras sentirse incómodo. La firmeza defensiva fue clave para rechazar los intentos visitantes, obstaculizando remates y despejando centros, sumado a la seguridad de Franco Armani.

River volvió a ganar en el estadio Monumental después de tres partidos sin conseguirlo en el ámbito local. Aunque se sabía más que Patronato, comprendió que su constancia en cada ataque era suficiente para lastimar a un conjunto ordenado, dispuesto a taparle los receptores y listo para jugar balones largos. Así se quedó con tres unidades que lo pusieron en el tercer lugar de la tabla de posiciones.